En 1955 el país vivía momentos difíciles y Perón buscó una tregua política. Renunció a la presidencia del partido Justicialista para ser solo presidente de todos los argentinos, pero la oposición y la oligarquía querían su derrocamiento. La marina y parte del ejército se sublevaron. La marina amenazó con bombardear la destilería del petróleo en Mar del Plata y las de YPF en La Plata y cañonear las usinas de la Ítalo, Segba y el centro de la ciudad de buenos Aires.
La mayoría del Ejército estaba con Perón pero el presidente decidió que no quería una guerra civil y renunció. El día 20 de setiembre los generales decidieron entregara el gobierno al general Lonardi. Perón se reunió con algunos generales leales y analizó la situación en su residencia de la calle Austria. Finalmente decidió exiliarse en la embajada del Paraguay. El embajador del país hermano resolvió que para mayor seguridad del presidente será trasladado de urgencia a la cañonera ‘Paraguay’ ubicada en la dársena D del puerto de Buenos Aires, la cual se encontraba en reparaciones.