El 76 por ciento de los argentinos sostienen que desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri tuvieron que recordar gastos en sus hogares. La información se refleja en la baja de ventas en los supermercados, en reservas para vacaciones y en la brutal caída de la venta de carne. Los datos se reflejan en la última encuesta de la Consultora Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP), que conduce el sociólogo Roberto Bacman, publicada hoy en exclusiva por Pagina 12.
La encuesta destaca una preocupación incesante de la inflación y el peso de los tarifazos como razón principal del recorte de gastos. La información es elocuente: dentro de los que reconocen que han debido recortar gastos, un 38,8 por ciento debió disminuir nada más ni nada menos que sus consumos de alimentos y bebidas, y un 27,7 por ciento se vio en la necesidad de ahorrar en luz, gas y combustible. Y a esto hay que agregarle que hasta un 18,4 por ciento reconoce ante los encuestadores que debió disminuir sus consumos en ocio y entretenimiento. En este contexto, tampoco debe extrañar que la percepción de que los sueldos no alcanzan para llegar a fin de mes trepó hasta el 82,8 por ciento. Otra demostración elocuente de que inflación y tarifas es una cuestión que está impactando fuertemente en los hogares”. En otros estudios se verificó que apenas el doce por ciento dijo que puede ahorrar, contra el triple, 36 por ciento, que afirmaba hace un año que podía ahorrar.
Un estudio dice que seis de cada diez argentinos considera que Mauricio Macri gobierna para los ricos. Esa definición es sostenida hasta por una buena parte de quienes votaron al Presidente en la elección de noviembre pasado. Se trata de un concepto global del que Macri es muy difícil que salga y que, por ejemplo, tiñe el feroz aumento de tarifas. Hay una franja que dice que son medidas difíciles que el Presidente tuvo que tomar, pero la gran mayoría considera que es consecuencia de que gobierna para los sectores más privilegiados.
“Una de las principales críticas que se han escuchado en estos últimos meses es que se gobierna para los ricos –plantea Bacman–. Mucho se habló al respecto y más se discutió. ¿Será cierto o es pura carga ideológica? En tal sentido nos pareció oportuno preguntárselo a los argentinos. Las respuestas obtenidas son más que contundentes: para el 60,6 por ciento de los argentinos la actual gestión de Cambiemos gobierna para los ricos. El dato es tan categórico que cualquier otro comentario nada agrega”.
Hace cuatro meses, cuando ninguna consultora decía que la aprobación de Macri estaba bajando, el CEOP provocó una verdadera conmoción al señalar que el Presidente estaba perdiendo opiniones positivas. Hoy en día, casi todas las consultoras reconocen esa pérdida –incluso las que trabajan para la Casa Rosada– de al menos quince puntos. Para el CEOP, la aprobación de gestión de Macri estaba en el 58 por ciento en diciembre y ahora en el 43 por ciento. En la última medición las cosas se han mantenido bastante estables.
El mayor problema de Macri es que partió del 58 por ciento positivo y 38 por ciento negativo, o sea un plus favorable de 20 puntos. Hoy está en 43 positivo y 51 negativo, lo que significa que de tener un saldo a favor de 20 puntos pasó a tener un saldo negativo de ocho puntos. Lo que le juega a favor al Presidente es que hay un sector que tiene una opinión negativa de la gestión pero piensa que las cosas van a mejorar. Es decir que la base de la imagen de Macri son las expectativas a futuro.
En este terreno juegan dos ideas. Por un lado la furibunda campaña contra el gobierno de CFK y el repiqueteo de que los problemas actuales son producto de los casos de corrupción que se ponen todos los días en las tapas de los principales diarios. En segundo lugar, que Macri se ve obligado a tomar medidas duras porque de esa forma mejoran las cosas. Esos dos conceptos son sostenidos especialmente por quienes votaron a Macri en noviembre, o sea la mitad de los encuestados. La otra mitad, que votó a Daniel Scioli en el balotaje, siempre estuvo en contra de la administración Macri y no tiene expectativas sobre el segundo semestre ni sobre 2017. Al menos hasta ahora.
Desde hace años, el CEOP reitera una pregunta en sus encuestas si se considera oficialista u opositor. “En la actualidad –analiza el titular del CEOP–, la sociedad se divide en tres segmentos. Por un lado los que se autodefinen como oficialistas (35 por ciento), de los cuáles un quince por ciento es núcleo duro macrista y el restante veinte es radical o independiente. En la vereda de enfrente un 49 por ciento se considera opositor; en este segmento un veinte por ciento lo constituye el denominado núcleo duro kirchnerista y un 29 por ciento es peronista no kirchnerista (la mayoría) o de izquierda. Entre ambos conjuntos navegan los pragmáticos independientes. Representan alrededor de un 16 por ciento de la población, no poseen anclaje ideológico y oscilan; aunque ponen especial énfasis en la economía, la inflación, el tarifazo, la corrupción y la merma del trabajo. Y esta fuerte división, donde los independientes van tomando partido para uno u otro lado, es lo que se puede ver a lo largo de toda esta encuesta. El mal humor social de esta época internalizó una significativa percepción de que existe en nuestro país una crisis que combina inflación, aumento de las tarifas y por sobre todas las cosas una marcada percepción que lo que se gana no alcanza para llegar a fin de mes”, concluye Bacman.