El asesor presidencial Jaime Duran Barba señaló que Mauricio Macri “prefiere ver Netflix antes que le canten la Marcha de los Muchachos Peronistas”. Macri se siente más cómodo con la “buena onda” de los gurúes antes que leer a Perón. Desde la jefatura de gobierno porteña se preocupó por estar cerca de los gurúes y las técnicas de meditación y hasta organizó el Primer Encuentro Espiritual del Amor en Capital Federal en 2012.
El indio Sri Sri Ravi Skankar, uno de los gurúes preferidos de Macri, en declaraciones al diario Perfil de los últimos días manifestó que “anunció que Macri iba a ser presidente” y destacó que “está haciendo un buen trabajo, hacer a la gente feliz”. Toda una definición del gurú de El Arte de Vivir.
El Ravi Shankar fundo la ONG El Arte de Vivir en los años ochenta donde enseña a respirar, a meditar con un lenguaje más new age que oriental. A los cursos de respiración le incorporó muchas de las técnicas de coaching y se concentró en un público de clase media, media alta. No habló más de religión sino de espiritualidad, no habló más de culto sino de ONG, no habló más seguidores sino de voluntarios.
El presidente Macri se siente más cómodo con los libros de autoayuda donde le enseñan que la búsqueda es individual, donde cada persona es su propia religión, sin reglas, donde la espiritualidad se une a la ciencia y la magia. Estos gurúes te dicen que hay una “nueva conciencia” en la humanidad, donde te explican que “tú eres el poder” y que todos los problemas se solución dentro de uno mismo.
Esta enseñanza retrotrae a los hombres y mujeres a una edad mágica, donde cada ser humano es todopoderoso, donde te dicen que “la mejor experiencia es el conocimiento de tu cuerpo y tu interior”. Todo este movimiento espiritual te enseña que cada individuo es responsable de lo que le sucede. Todas las técnicas y las herramientas que te enseñan en sus seminarios están concebidas para una utilización personal. La frase de cabecera es: “Yo soy Dios y todo lo que me sucede es responsabilidad mía.”
Estos maestros te dicen “vive tu proceso, tú escoges si prefieres alimentarte o morirte de hambre, tú eliges si quieres convertirte en un mediocre o en un maestro”. Para ellos lo colectivo, la lucha de masas, el compromiso de un pueblo, la revolución no existe.
Y es esto lo que creen Macri y los maestros espirituales: todo es un proceso individual y lo único que importa es ese proceso y el karma de cada uno. Lo demás no interesa, lo colectivo mucho menos.
Macri cree en el Ravi Shankar, en la líder budista ecuatoriana que le calmaba la ansiedad en la campaña electoral, en Daniel Cerezo, el gurú de la felicidad que llevó a las reuniones de Gabinete y no en la política como un acto colectivo y mucho menos en la “grasa militante” o en las ideológicas. El gobierno tiene que estar en manos de los CEOs y no de los militantes políticos. Y eso está claro en el gobierno de Cambiemos.