El presidente está muy molesto. Quienes lo conocen dicen que sólo la final de la copa Davis le quitó por un rato el mal humor de la última semana. La razón es una: Quiere la boleta electrónica en las elecciones del 2017. Marcos Peña, su jefe de Gabinete, es quien mejor lo interpreta y salió ayer en el programa de su amigo Luis Majul a señalar que la reforma política “no se cayó”, sino que está bloqueada por un senador kirchnerista”. Por último, afirmó que “hasta el 30 de diciembre tenemos tiempo para sacar la boleta electrónica”.
“Los que se opusieron a la reforma política que se preparen: vamos por ellos. Si le tenían miedo a la chequera de Cristina se enterarán de un Macri enojado,” afirmó un funcionario de la casa Rosada. Sin nombrarlos públicamente –eso se lo dejaran a los medios hegemónicos- van a ir por los gobernadores Gildo Insfrán, de Formosa, Lucia Corpacci de Catamarca y Carlos Verna, de La Pampa que se opusieron a la reforma.
Insfrán, un gobernador que tiene un apoyo masivo de la población y con una administración prolija, salió a responderle al gobierno. “Nos pueden amenazar de todas las formas, pero no bajaremos los brazos. Resistiremos lo que venga, porque defendemos la causa del pueblo”, dijo Insfrán.
Con un estilo sencillo añadió: “La consecuencia fue la concentración de riquezas en manos de pocos y la exclusión de muchos”. “Desde este costado norte de la patria seguiremos trabajando para defender lo logrado en estos últimos tiempos y estar preparados y alertas para resistir y enfrentar lo que venga”.
La estrategia es sencilla: culparan al kirchnerismo y a los gobernadores a los que empezaron a calificarlos como “clientelismo feudal” y responsables de fraude en sus provincias. En realidad, lo que no dice Cambiemos es que todos los expertos afirmaron que con la boleta electrónica el fraude sucedería sí o sí.
La ofensiva fue lanzada por Peña pero se le sumarán por estos días Rogelio Frigerio, Adrián Pérez y el presidente del a Cámara de Diputados, Emilio Monzó. También apoyaron María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta.
Desde la provincia de Buenos Aires, varios intendentes peronistas señalaron a este portal que “la boleta de papel ayudará a la militancia del peronismo y le cierra la puerta a aquellos que soñaban con sellar un acuerdo con Sergio Massa, que igual que Macri, prefiere las redes sociales y la televisión a la militancia de los compañeros en el barrio”.
La guerra santa de Cambiemos contra los impíos (aquellos que no aceptan el modelo neoconservador) está en marcha. Cristina, Daniel Scioli, los gobernadores que frenaron la reforma política, los senadores y todo aquel que se le ponga en el camino sufrirán el escarmiento del presidente.
2 Comentarios
Si esto no es dictadura, que es?
formosa aguanta !!! y lo del feudalismo que se lo metan por atras