El Papa Francisco y la ex presidenta Cristina Kirchner son la pesadilla del presidente Mauricio Macri. Desde el mismo día que asumió el presidente, el Papa viene marcándole sus diferencias: contra la persecución a la oposición, por sus políticas económicas neoliberales que traen hambruna a los más necesitados o la política contra los inmigrantes. En un nuevo gesto, a horas que la CGT llamó a una movilización el 7 de marzo y a un paro general para la segunda semana de marzo, decidió dar el ok para una audiencia con la conducción de la Central Obrera, que integran Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña.
Versiones periodistas que circularon en las ultimas horas afirman que hubo una conversación privada y reservada de Schmid con Francisco en diciembre, por la cual se habría concretado en estas horas, luego que los tres secretarios firmaran una misiva para la audiencia oficial. El Papa dio su consentimiento y el encuentro se concretará cuando los dirigentes viajen a la reunión de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
El Papa viene trabajando desde hace años con los movimientos sociales y apoyo la convivencia que se viene danto en los últimos tiempos entre la central obrera y las organizaciones sociales sumaron para este encuentro.
El encuentro entre Francisco y Schmid de diciembre pasado fue una audiencia “personal” que el sindicalista mantuvo en reserva y de la que no dejó que trascendiera una foto. Tuvo como centro del intercambio, que duró más de media hora, los proyectos que impulsa el gremialista en su Santa Fe para la lucha contra la droga. Un tema que también preocupan al Pontífice y a la Iglesia argentina. Además, el triunvirato tiene una excelente relación con Juan Grabois, el dirigente de la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y consejero del Pontificio Consejo de Justicia y Paz del Vaticano.