El presidente Mauricio Macri, antes de partir a España, le dijo a la gobernadora María Eugenia Vidal que “no se preocupe” que las próximas elecciones en la provincia de Buenos Aires “las ganamos caminando”. Frase que repitió varias veces en su viaje por España.
La gobernadora no está tan convencida de esa afirmación y mira que en todas las encuestas están segundos o terceros con el peronismo ganando y con la ex presidenta liderando esa fórmula. Quizás, lo que más atormenta a Vidal es que todavía no se pusieron de acuerdo sobre como cerraran las listas.
Desde hace un tiempo, Vidal tiene una alianza firme con Jaime Duran Barba donde sostienen que las listas tienen que conformase con los jóvenes de Cambiemos. Entre esos nombres están Gladys González, Facundo Manes, Lucas Delfino, de Hurlingham, Alex Campbell, de San Fernando, Ezequiel Pazos, de San Miguel, Evert van Tooren, de Esteban Echeverría y Albi Czernikowski, de Malvinas Argentinas. Más los intendentes Martín Yeza, de Pinamar, Diego Valenzuela, de Tres de Febrero y Martiniano Molina de Quilmes. “Son los dirigentes del futuro en el conurbano, a quienes queremos dejar en nuestro paso por la provincia”, afirma Federico Salvai, mano derecha de Vidal.
La gobernadora igual apuesta a que la lista sea encabezada por Jorge Macri, el intendente de Vicente López junto con Manes o González.
La apuesta de Vidal y Duran Barba son jóvenes desconocidos, como sucedió hace dos años con la gobernadora. “A los viejos como Cristina o Massa le ganamos caminando”, dice el ecuatoriano. No es lo que dicen las encuestas por ahora.
Vidal y Duran Barba tienen dos problemas: Elisa Carrió y Emilio Monzó. La dirigente de la Coalición Cívica resolverá su candidatura junto al presidente a fines de marzo. Si ella decide jugar por la provincia de Buenos Aires será muy difícil decirle que no. Monzó no lo quiere a Duran Barba y ya afirmó que hay de dejar el “marketing para hacer política”. El presidente de la Cámara de Diputados considera que hay que conformar una pata peronista para dividir los votos del principal partido de la oposición.
Hay un tercer problema con los radicales. Están decididos, luego del encuentro de Villa Giardino, a que las listas estén conformadas por dirigentes del radicalismo bonaerense. “Vamos a pelear lugar por lugar y si no ceden vamos a internas para que aprenden”, dicen agrandados sabiendo del poder de fuego en el interior de la provincia con decenas de intendencias radicales.
El presidente es optimista. Lee sólo el diario de Yrigoyen que le arman Clarín y La Nación. La realidad es otra. Su gestión se deteriora a pasos agigantados en la provincia a partir de los aumentos de transporte, de luz, de nafta, de agua, de peajes, cierre de Pymes, de comercios, despidos, apertura de las importaciones, flexibilización laboral y crisis en el PAMI, además del escándalo del Correo Argentino para beneficiar a la familia presidencial. Según la consultora Dicen, hoy la imagen de gestión del presidente tiene un apoyo del 28% y un rechazo del 56%, con lo cual arrastra a la gobernadora Vidal que recibe un apoyo del 39% y por primera vez el rechazo llega casi al 43%.
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1 comentario
A Cristina no le ganan ni haciendo trampa. No le llegan ni a los talones.