Los medios hegemónicos se “horrorizaron” con la mesa de Mirtha Legrand donde los periodistas oficialistas Fabián Doman y Nicolás Wiñazki se encargaban de mostrarte al actor Raúl Rizzo “lo malo” y “antidemocrático” que eran Néstor y Cristina al no permitir que participaran sus ministros de los almuerzos de la diva. Wiñazki había cementado que la ex presidenta había llamado a Sergio Massa, jefe de Gabinete de ese momento, para que se fuera de la mesa. Rizzo le respondió que pruebas tenía para tal afirmación. A los pocos minutos, Doman levantó su celular y conto que le había escribo a Massa, de visita en China, y le había confirmado la información, aunque el que lo llamó había sido Néstor Kirchner y no la ex mandataria.
Todos los medios oficialistas rápidamente salieron a mostrar esa imagen de un Massa bueno y un Kirchner malo. Claro, no contaron toda la verdad, como acostumbran los medios hegemónicos.
Me gustaría remontarme al libro ArgenLeaks, de Santiago O’Donnell, donde se analizan cientos de claves de la embajada de Estados Unidos en la Argentina y varios de ellos referidos al tigrense. Allí puede leerse que Massa estaba muy molesto del mismo gobierno que integraba y en reuniones en su propia oficina de jefe de Gabinete criticaba al matrimonio Kirchner en encuentros con inversores extranjeros.
El momento más jugoso del libro fue cuando, cuatro meses después que la presidenta le pidió la renuncia, cenó con la embajadora Vilma Socorro Martínez en la casa de O’Reilly, su mano derecha y miembro del Opus Dei.
Fue allí que el intendente de Tigre descargó todo su rencor hacia la pareja presidencial. “Massa dijo que los Kirchner no tenían probabilidades de capturar las presidencias de 2011”. Cuando se le pidió que estimara las chances, Massa contestó “cero”, arrancó el intendente (…). Massa fue despiadado en sus críticas a la pareja presidencial, especialmente a Néstor. Aunque ninguneó los informes de prensa que decían que él y Néstor se habían agarrado a las trompadas en el cuartel de campaña en la madrugada previa a la derrota en las elecciones de mitad de período, en junio de 2009, llamó a Néstor ‘psicópata’ y ‘cobarde’, y dijo que su actitud de matón en la política esconde una profunda sensación de inseguridad e inferioridad. (La esposa de Massa se alarmó a tal punto por estos comentarios desinhibidos que él le pidió a ella que ‘dejara de ponerle caras’). Massa cuestionó el argumento de que Néstor merecía crédito por ser un táctico magistral, describiendo al ex presidente como un torpe tan convencido de su propia brillantez que seguramente seguiría cometiendo errores… Dijo que Néstor no se podía relacionar con otros fuera del estrecho foco de sus propias ambiciones políticas: ‘Kirchner no es un genio perverso’, concluyó Massa. ‘Sólo es un perverso’.”
El verdadero rostro de Massa que los periodistas oficialistas esconden y que nunca contarán.