María Eugenia Vidal espera con ansiedad las próximas pascuas, no tanto por vocación religiosa, sino para conocer la charla que tendrán el presidente Mauricio Macri y la diputada Elisa Carrió. Allí el presidente y la diputada evaluaran si será candidata por la provincia de Buenos Aires o por la Capital Federal. Pondrán además sobre el tapete el posible juicio político a Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema de Justicia, que en las últimas horas, el presidente rechazó, aunque dejo una puerta abierta para que lo discuta el Congreso de la Nación.
Carrió, hasta hace una semana estaba decidida a ir por la provincia de Buenos Aires. Sabe que la madre de todas las batallas estará ahí y quiere competir con Cristina Kirchner y Sergio Massa. Además, hoy todas las encuestas la ponen como la mejor dirigente de Cambiemos, lejos de los candidatos “sin peso” como Gladys González, Facundo Manes o el mismo Esteban Bullrich. De Jorge Macri ya nadie habla porque la diputada de la Coalición Cívica lo defenestró al tratarlo de delincuente y cercano a narcotraficantes.
El presidente tendrá que lidiar con mucho cuidado. Si la veta como legisladora por la provincia –es el pedido que le hace Vidal cada vez que esta con él- tendrá que darle una respuesta positiva con el tema de Lorenzetti. “Yo he dicho públicamente que las denuncias de Carrió son a título personal, como Presidente o gobierno no las compartimos, pero el Congreso lo debatirá”, expresó sin oponerse tajantemente.
La otra preocupación del presidente es que la renuncia de Lousteau como embajador de Estados Unidos pone en riesgo el triunfo de Cambiemos en la Capital Federal. De allí que Macri necesita seducirla a Carrió para que sea candidata por Capital.
Lorenzetti, que mira con atención lo que resuelvan entre Macri y Carrió, podría por estas horas sorprender al presidente y otorgar la liberación de Milagro Sala, como lo sugirió la Procuración de la Nación. Tal medida acorralaría también al presidente para que no le de piedra libre a Carrió.
La gobernadora mira desde afuera esta pelea entre Macri, Carrió y Lorenzetti. Presiona a Macri para que la vete en provincia, pero sabe lo peligroso que es poner de mal humor al presidente. Por ahora, la única opción que le queda es rezar antes de Pascua.