Después del fracaso del año pasado con el voto electrónico, el presidente Mauricio Macri quiere eliminar el sistema de elecciones de medio término con el argumento de que “no contribuyen” a “las políticas públicas de largo plazo”. La posibilidad es rechazada de manera tajante por el peronismo y el massismo por considerar que son necesarias para “evaluar la gestión” y “no afectan” a la gobernabilidad.
La vocera de Macri en el Congreso fue su vicepresidenta, Gabriela Michetti, quien sugirió que “lo más efectivo sería, en vez de alargar la presidencia a seis años, por lo menos durante un tiempo evitar la elección de medio término”. El ejemplo que toman es el de Santa Fe donde el parlamento provincial se renueva cada cuatro años junto a los cargos ejecutivos. El cambio requiere de una modificación a la Constitución Nacional.
La socialista Alicia Ciciliani como el radical Mario Barletta, ambos representantes por Santa Fe en la Cámara de Diputados, promueven ese modelo por considerar que permite una “planificación a largo plazo”.
Barletta sostuvo que “vale la pena estudiar y analizar la experiencia de Santa Fe porque la provincia ha funcionado perfectamente bien” y planteó que las elecciones legislativas generan “una exigencia excesiva cada año electoral”. “Habría que sacarle el interés político partidario tanto del oficialismo como de la oposición y eso se lograría no para el 2019, deberíamos estudiarlo para las elecciones posteriores de 2023”, apuntó.
Sin embargo, ni el Frente para la Victoria ni el Frente Renovador están de acuerdo. Creen que las elecciones de medio término obligan al gobernante de turno a negociar con el resto de los sectores y permiten controlar justamente a los propios cargos ejecutivos: ya sea el presidente, el gobernador o el intendente.
La kirchnerista Diana Conti señaló que las elecciones de medio tiempo “obligan al oficialismo a tener un diálogo con los otros sectores o hacer lo que está haciendo Macri que es cerrar el Congreso de forma antirrepublicana y antidemocrática”.
Conti calificó como “inoficioso” promover la eliminación de las elecciones de medio término, e incluso las revalorizó al argumentar que “son útiles, más allá que sean fatigosas, porque le permiten al pueblo ejercer su soberanía y expresarse respecto de su preferencia política”.
La jefa del bloque por el Frente Renovador (FR), Graciela Camaño, rechazó los argumentos del oficialismo, resaltó que “este es un gobierno que empezó su mandato pensando en la elección de medio término” y remarcó que “muchas de las cosas que hizo están vinculadas con las elecciones”.
Camaño explicó que para eliminar las elecciones de medio término “se requiere modificar la Constitución nacional, y ese es un tema para los argentinos y lo que la Constitución dice es lo que hay que respetar”.
“El funcionamiento del Congreso se ve afectado cuando los presidentes de las cámaras no convocan a las sesiones porque tranquilamente se puede hacer una campaña y sesionar”, resaltó.
La nueva idea de Macri llega tras su fracaso en impulsar el voto electrónico en el país. El año pasado, pese a sus denodados esfuerzos, no logró que la oposición votara el proyecto oficial para cambiar el tradicional sistema de papel al de boleta única electrónica que ya se implementa en Salta y en Capital Federal. El objetivo del macrismo era estrenar ese sistema en los comicios de este año pero no pudo ser.
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