A dos años del grito desgarrador de todas las mujeres que al unísono recitaba “Ni Una Menos, Vivas Nos Queremos”, el colectivo que lleva este nombre comenzó a convocar para una próxima marcha el 3 de junio en Congreso.
Además de marchar para pedir basta a la violencia machista y a la violencia estatal, se va a pedir por la liberación de Higui, la joven que se encuentra detenida hace un año luego de haber sufrido un intento de violación “por ser lesbiana” y en un acto de defensa, mató a uno de sus agresores. Ellos están libres, ella está encarcelada.
Comunicado Ni Una Menos:
Ni una menos. Basta de violencia machista y de violencia estatal. Volvemos a salir el 3 de junio
Porque en lo que va del año hay al menos una mujer o travesti menos por día.
Porque siguen muriendo asesinadas mujeres con denuncias hechas y medidas restrictivas.
Porque el Estado es responsable de su desprotección y de su muerte, junto con el femicida.
Porque a dos años del primer Ni una menos seguimos sin tener estadísticas oficiales y serias sobre femicidios que permitan el diseño de políticas públicas efectivas.
Porque cada vez que una mujer joven desaparece, la organización popular se ocupa de la búsqueda.
La policía y el Poder Judicial no activan todos los mecanismos necesarios para una búsqueda eficiente. Ocurrió con Melina Romero y también con Araceli Fulles: tardaron un mes en encontrarlas.
Por las desaparecidas en las redes de trata, con amplias complicidades de agentes del Estado.
Por el Estado policial y los femicidios con armas reglamentarias. Porque uno de cada cuatro femicidios se produce con armas de fuego y el Programa Nacional de Desarme está inactivo.
Porque las respuestas fáciles de “más cárcel, más penas” no sirven, llegan cuando estamos muertas y no hay políticas de prevención.
Porque se incumple con la ley de Educación Sexual Integral.
Porque aunque es ley, el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos no implementó el patrocinio jurídico gratuito para las víctimas y el acceso a la justicia es deficiente.
Porque no hay políticas integrales que contenga a las víctimas de violencia y les permitan seguir con sus vidas y tener un proyecto vital con acceso al trabajo, a la capacitación, a la salud y a la vivienda.
Porque el 80% del Plan Nacional de Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la violencia contra las mujeres se va sólo en la construcción de refugios.
Porque todo el año pasado salimos por Belén, presa más de dos años por un aborto espontáneo. Porque el derecho a la salud no puede estar por debajo de las persecuciones morales del Estado, necesitamos aborto libre, legal, seguro y gratuito.
Porque la muerte materna en hospitales volvió a crecer, y pone en evidencia la desidia de este gobierno que desatiende los protocolos elaborados y desprecia nuestros cuerpos.
Porque el 8 de marzo las fuerzas de seguridad salieron de cacería tras las que paramos, para disciplinarnos y para atemorizar a las que desean sumarse a nuestra voz colectiva. Hoy tenemos 26 compañeras judicializadas como resultado de detenciones arbitrarias llevadas a cabo el 7 y el 8 de marzo y como saldo represivo de esa organización.
Porque se criminaliza el derecho humano a la protesta y se persigue con causas penales la lucha legítima de lxs referentes sociales.
Porque Milagro Sala y otros 11 presxs políticos de la Tupac Amaru siguen detenidxs: la mayoría de ellas son mujeres. También Nélida Rojas y Agustín Santillán sufren detenciones arbitrarias.
Porque la modificación por DNU de la Ley de Migraciones persigue a lxs migrantes pobres, criminalizando sus economías de subsistencia y negando su derecho a la legítima defensa.
Porque Higui, lesbiana detenida por defenderse de una violación “correctiva”, sigue presa.
Porque las mujeres embarazadas o encarceladas con sus hijos tienen que tener detención domiciliaria, privilegiando el interés superior del niño. Porque los jueces no cumplen con sus responsabilidades.
Porque el nuevo ciclo de endeudamiento, con 77 mil millones de nueva deuda, empobrece sobre todo a las mujeres y a nuestrxs hijxs, y nos expone a mayor fragilidad y a nuevas violencias.
Porque nuestras jornadas laborales son, en promedio, tres horas más largas que las de los varones; las tareas de cuidado y reproductivas caen sobre nuestras espaldas y no tienen valor en el mercado de trabajo.
Porque las trabajadoras están expuestas al recorte de sus derechos, de sus salarios y sometidas a la amenaza del desempleo y al disciplinamiento de la productividad . Porque la desocupación crece dos puntos cuando se habla de mujeres, porque la brecha salarial es, en promedio, de un 27 por ciento.
Porque las trabajadoras sexuales están expuestas a la violencia institucional y la desprotección laboral.
Ni Una Menos es grito y abrazo común que hace temblar cada uno de los espacios de nuestras vidas y desborda en las calles. Somos frágiles pero juntas y estando para nosotras nos hacemos poderosas.
Ni Una Menos.
¡Vivas y libres nos queremos!