La gobernadora María Eugenia Vidal fue la gran perdedora del armado de listas de Cambiemos: no prosperaron las candidaturas del neurocirujano Facundo Manes ni de la titular de ACUMAR, Gladys González, sus dos grandes apuestas. No pudo torcerle el brazo al presidente Mauricio Macri ni a su jefe de Gabinete, Marcos Peña, quienes finalmente ungieron como cabezas de lista al ministro de Educación, Esteban Bullrich, con quien Vidal tiene una antigua enemistad de la época en que eran funcionarios porteños, y a Graciela Ocaña, con quien está todo bien pero hace un mes que se sumó a la alianza gobernante.
Vidal pagó caro lo que en la Rosada consideran sus errores en materia de estrategia electoral, derivados de su inexperiencia en la materia. No pudo garantizarle a Manes el primer lugar en la lista de diputados, un lugar que el neurocirujano consideraba que le correspondía por su prestigio, su alto nivel de conocimiento y, claro, por ser la primera vez que se lanzaría a la arena política. Pero Macri y Peña, aconsejados por Jaime Durán Barba, insistieron en que ese lugar debía ser para una mujer. Ocaña, actual legisladora porteña, encajó perfecto allí por su perfil de ex funcionaria kirchnerista que acumula denuncias por corrupción contra la ex presidenta Cristina Kirchner, el blanco a vencer por Cambiemos.
La gobernadora tampoco pudo imponer a González, a quien Durán Barba definió como un “clon” de Vidal, por su bajo perfil, su nivel de desconocimiento, su cara de buena y su rol en ACUMAR -y antes como interventora del SOMU- denunciando mafias. El segundo lugar en la lista de senadores no le garantiza a la esposa del presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Manuel Mosca, ingresar a la Cámara alta; contrariamente a lo que ocurre con Bullrich. Hay que recordar que son sólo tres los cargos a senadores por la Provincia que se renuevan en octubre.
Vidal fue la primera convencida de que la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, no debía jugar en provincia y debía hacerlo por Capital. La diputada medía entre 26 y 28 puntos; Bullrich mira de lejos esa cifra. La gobernadora sigue creyendo que con su imagen positiva le basta para “transferir” la intención de voto a cualquier candidato y ganar. A sabiendas del peligro que significa Lilita, Macri y Peña la premiaron ayer con varios lugares para su gente en la lista de diputados nacionales. Podría decirse que fue la más beneficiada ya que ubicó al dirigente social Héctor “Toty” Flores y a la directora de Educación de Pilar, Marcela Campagnoli, en segundo y cuarto lugar respectivamente.
La estrategia que dio por tierra con los candidatos que quería imponer Vidal también fue apoyada por el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, quien ayer trabajó en las definiciones codo a codo con Macri y Peña, lejos de las viejas tensiones que mantenían por la “falta de política”. Monzó es otro de los dirigentes que Vidal se empeñó en alejar del armado, despechada porque no la apoyó en la campaña anterior cuando fue elegida como candidata a la Gobernación.