Como en todo comicio, y las recientes PASO no fueron una excepción, siempre queda tela para cortar a la hora de trazar una radiografía que refleje motivaciones y características de los votantes. Un primer dato a tener en cuenta: el 13 de agosto, el 82 % de quienes eligieron a Esteban Bullrich y el 81 de los que lo hicieron por Cristina Kirchner, aseguran que de acá a las legislativas de octubre no cambiarán su decisión.
Por el contrario, quienes más consideraron su posibilidad de cambiar el voto fueron los seguidores de Florencio Randazzo. Cuando se les dio a elegir entre la opción “bastante probable” y “algo probable” respecto de la modificación del sufragio, sumaron el 53 %, mientras que el 40% de los que se inclinaron por la opción de Cumplir lo hicieron a último momento.
Así lo revela una encuesta realizada a boca de urna durante las primarias por el Centro de Opinión Pública y Estudios Sociales (COPES) de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA. El trabajo se llevó a cabo en 16 municipios de la Primera y Tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires (Avellaneda, Florencio Varela, San Martin, Lanús, Lomas de Zamora Malvinas Argentina, La Matanza, Morón, Quilmes, San Isidro, Tigre, Tres de Febrero, Vicente López), y las quince comunas de la Ciudad de Buenos Aires.
Si bien tanto Cristina como Bullrich y, en menor medida, Néstor Pitrola, tienen su apoyo garantizado más allá de la propaganda electoral, la consolidación del voto por Cambiemos es más clara, porque ninguno de los encuestados planteó que podría cambiar su decisión de acá a dos meses, mientras que el 4 % de quienes ahora votaron por Unidad Ciudadana admitieron que es “bastante probable” elegir otra alternativa.
En el caso de Randazzo y lo que sería la eventual volatilidad de su voto a futuro, el 51 % de quienes eligieron al ex ministro del Interior y Transporte, lo hicieron “poco convencidos”. Si se suma esta opción al 3 % que se manifestó “nada convencido”, se arriba al 54 % de los votos emitidos por el frente Cumplir.
Para darle letra a quienes hablan constantemente sobre la famosa “grieta”, el sondeo refleja que entre los consultados en la provincia de Buenos Aires, el 20,1 % sostuvo que lo haría para que “no gane el kirchnerismo”, y en una proporción casi idéndica, el 19,7, por el contrario lo hará “para que no gane el gobierno de Macri”.
Es más, el 39,8 % de los votantes no descartó la posibilidad de cambiar su voto en octubre para “que haya otra alternativa”.
Observando el origen de los votos, se advierte que la motivación o finalidad para cambiar el sufragio en octubre es diferente. Para los votantes de Cristina es fundamental que no gane el gobierno de Macri. Para los de Bullrich, la razón es que no gane el kirchnerismo.
Mientras, tanto los votantes de Massa como los de Randazzo dicen priorizar una alternativa y, en segunda instancia, se dividen entre las dos opciones antagónicas.
En cuanto a quienes votaron a Sergio Massa, el 62 % manifestó que lo hizo “convencido”, el 25 “poco convencido”, y un 13 “nada convencido”. Mientras, el 49 % de quienes eligieron esta opción afirmó que no es “nada probable” que cambie su voto, y el 27 % dijo que esta conducta es “algo probable”.
En síntesis, una de las revelaciones de esta encuesta muestra una alta probabilidad de que tanto la votación de Unidad Ciudadana como la de Cambiemos en la provincia de Buenos Aires se mantenga firme, y que quienes podrían modificar su voto serían en primera instancia aquellos que el domingo 13 se inclinaron por Cumplir y, en número menor, parte de los electores de 1País.
Por último, en cuanto al nivel salarial, en la provincia de Buenos Aires Cristina recoge casi la cuarta parte de sus votantes en el estrato de menor ingreso (hasta 8.000 pesos), y casi la tercera parte en el estrato siguiente. Por el lado de Bullrich casi cuatro de cada diez votantes proviene de tramo de ingresos de 15.000 a 30.000 pesos, al igual que Randazzo.