Por Alfredo Silletta. El contundente acto de Cristina Kirchner en la cancha de Racing demostró una vez más que el deseo del establishment, del gobierno de Mauricio Macri, de los medios hegemónicos y de aquellos sectores del peronismo más conservador de jubilar a la ex presidenta y a sus seguidores está muy lejos de la realidad. Como decía Juan Domingo Perón “la realidad es la única verdad”.
Durante dos años denunciaron a la ex mandataria de corrupta, de armar una asociación ilícita en 2003 con Néstor, Máximo y Florencia –tenía 12 años- para robar el país, que mando a asesinar a un fiscal, que por el memorándum sería enjuiciada por traición a la Patria y qué, sin un peso ni publicidad, ganó las PASO y da pelea para las elecciones del 22 de octubre.
Luego de las primarias, con un triunfo de Unidad Ciudadana, desde el gobierno y los medios hegemónicos vienen trabajando con la intención de crear un peronismo sin Cristina. Primero intentaron con Sergio Massa ofreciéndole acuerdos tanto en la provincia de Buenos Aires como en el Congreso de la Nación y luego con una fuerte presión hacia los gobernadores de la oposición. Massa decidió formar una alianza con Margarita Stolbizer, una dirigente profundamente antiperonista. La consecuencia fue simple: 43% de votos en el 2013, 21% en el 2015 y un escaso 15% en las PASO del 13 de agosto. El otro dirigente que mantuvo silencio durante un año y medio y decidió ir por afuera de Unidad Ciudadana, Florencio Randazzo, realizó una floja elección con el 5,6% de los votos.
Por otra parte, los gobernadores peronistas que decidieron, por “presión o extorsión” del gobierno nacional, trabajar en conjunto con el Ejecutivo no les fue nada bien en las elecciones. En Córdoba, Juan Schiaretti, perdió por 20 puntos frente a Cambiemos, también le fue mal a Gustavo Bordet en Entre Ríos y el salteño Juan Manuel Urtubey, pese a que ganó, perdió gran cantidad de votos y corre riesgos de perder las elecciones de octubre. Lo mismo le paso a los candidatos oficialistas de Chubut y Tierra del Fuego.
Hoy los medios hegemónicos han elegido al senador Miguel Ángel Pichetto para organizar un peronismo sin Cristina. Les será difícil porque varios millones de argentinos la tienen como referente indiscutida.
Durante 17 años, el establishment argentino decidió que había que acabar con Perón. No lo lograron y lo que fue peor, es que aquellos hijos de padres profundamente antiperonistas decidieron hacerse peronistas. Fueron esa “juventud maravillosa” que luchó por el regreso de Perón a la Argentina.
En el acto de Racing, Cristina fue clara: “Miren lo que somos capaces de hacer: nos pararon el Roca, nos cortaron una señal telefónica y acá estamos. Vamos a seguir estando, que se notifiquen. No nos vamos a la luna, nos quedamos en Argentina, en nuestra tierra, en nuestra patria. Nadie nos va a mover”.
Como decía Perón, hoy Cristina podría afirmar que “muchos se están ya probando mi ropa, pero creo que a los candidatos de marras les queda grande ahora”.