Nunca había ocurrido que un cura villero ocupara un lugar de relevancia en la Iglesia católica argentina. Hasta ahora. Porque por primera vez, el Papa Francisco designó no sólo a uno, sino a dos curas villeros como obispos.
Se trata de José Ignacio García Cuerva, actual párroco en la villa La Cava, de San Isidro, quien pasará a desempeñarse como obispo auxiliar de Lomas de Zamora, donde secundará al titular de la diócesis, el jesuita Jorge Lugones, y Gustavo Carrara, párroco de Santa María Madre del Pueblo, en la Villa 1-11-14, de Flores, que asumirá como obispo auxiliar de Buenos Aires, acompañando al cardenal Mario Poli.
Sin lugar a dudas, estos nombramientos marcan el nuevo rumbo que adopta el Episcopado gracias a Francisco. El punto de partida fue la reciente designación de Oscar Ojea como titular de la Iglesia argentina. Y ahora, las designaciones de los curas villeros reflejan el interés del Papa por jerarquizar el trabajo de los sacerdotes que cumplen sus tareas en las zonas más carenciadas.
Además, y en sintonía con los curas que ejercen su ministerio sacerdotal en las villas porteñas y del Gran Buenos Aires, García Cuerva y Carrara se identifican con el legado del asesinado padre Carlos Mugica, que trabajó en los años 70 en la villa 31, de Retiro.
Los designados obispos, en los últimos años denunciaron las situaciones de emergencia habitacional y las postergaciones en materia de salud, educación y acceso a fuentes laborales. Trabajaron en favor de la integración de los barrios de emergencia al tejido urbano, al tiempo que denunciaron el avance del consumo y el negocio de la droga, en perjuicio de los jóvenes de las villas.
García Cuerva, de 49 años, nació en Río Gallegos y se formó en la diócesis de San Isidro, donde acompañó el trabajo pastoral de los obispos Jorge Casaretto y Ojea. Luego de ser ordenado sacerdote, en la Catedral de San Isidro, se recibió de abogado por la Universidad Católica de Salta. Ahora acompañará en la diócesis de Lomas de Zamora al jesuita Jorge Lugones, quien acaba de ser elegido presidente de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado.
Carrara, de 44 años, había sido designado en 2011 vicario para las villas de emergencia de la ciudad de Buenos Aires, función que había desempeñado el padre Pepe Di Paola. Fue ordenado sacerdote en 1998, y realizó trabajos pastorales en distintas parroquias. Párroco en Villa Soldati, desde 2009 se desempeña en Santa María, Madre del Pueblo, en la villa de emergencia 1-11-14 del Bajo Flores, frente al estadio de San Lorenzo, donde viven más de 30.000 personas.
5 Comentarios
Me encanta las publicaciones, desearía compartir información.gracias
Se agradece, Estela. Y desde ya que puedes compartir las notas.
Bendiciones
Bienvenidos y q Dios los bendiga !!!
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