A 12 días de la desaparición del submarino, en el Gobierno ya analizan con preocupación el inevitable impacto negativo que este episodio está provocando en el humor social. Además del dolor que genera la incertidumbre sobre el destino de 44 personas, se apunta al pésimo manejo de la situación por parte del ministro de Defensa, Oscar Aguad, plagado de mentiras y ocultamientos varios.
Por esa razón, Mauricio Macri se planteó como objetivo que en el más breve plazo posible, sí o sí debe dar una respuesta a las familias de los tripulantes que transportaba el ARA San Juan, con el rescate de la embarcación y empezar en forma urgente el peritaje para investigar con toda la tecnología lo que pasó, y la cadena de responsabilidades.
Cerca del presidente reconocen que lo único que podrá traer paz a las familias es que se sepa la verdad. Claro que el peor escenario sería no poder encontrar o rescatar el submarino.
Entre las alternativas que se manejan en los despachos oficiales, es imaginar el impacto que generaría entre la sociedad el destino final de los 44 tripulantes. Por ahora, el dolor, la bronca y los reclamos de sus familiares son la cara visible de un caso que, con el correr de los días, arrincona al Gobierno por su inoperancia y falta de respuestas por parte de la conducción política.
En la Casa Rosada lamentan que la desaparición del submarino coincida justamente con el mejor momento político del presidente, envalentonado como venía después del más que buen papel de Cambiemos en las elecciones legislativas del 22 de octubre. Pero es sabido que en Argentina nada es para siempre, y hoy por hoy la tragedia del ARA San Juan se siente con fuerza en la estructura del Gobierno.
En un país donde las tragedias siempre terminaron golpeado a distintos gobiernos, Macri sabe que lo que ocurrió con el submarino lo seguirá acompañando de aquí en más. Y desde ya, es consciente de que tarde o temprano este episodio le va a pasar factura.
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Seguiran los engaños y esta gente es Satanica