“Inédita y grotesca campaña de persecución política, mediática y judicial”. Con estas palabras, Cristina Kirchner calificó días atrás su más reciente citación a Tribunales. Se refería, claro, a la nada sutil ofensiva del macrismo a través del llamado ‘partido judicial’, donde ella aparece como la figura más apuntada a la hora de dictar procesamientos por distintas causas.
Por eso, no llama la atención la nueva embestida que se cocina por estas horas en los Tribunales de Comodoro Py para cerrar el año con el beneplático de la Casa Rosada, desde donde se busca –más temprano que tarde-, la ansiada foto de la ex presidenta esposada camino a una prisión.
En una especie de carrera contrarreloj, y mientras siguen las presiones para que CFK sea citada a tribunales, ya se anuncian procesamientos por el Memorándum de entendimiento con Irán, por la muerte del fiscal Alberto Nisman y por la causa Hotesur, sin lugar a dudas causas con innegable impacto político.
Por el Caso Nisman, hay un fallo inminente que consistirá en el procesamiento de Cristina, su ex canciller Héctor Timerman y un grupo de ex funcionarios por el Memorándum, donde se la acusa de encubrimiento y de “traición a la patria” porque supuestamente ese texto favorecía a los iraníes, a pesar de que fue aprobado por el Congreso.
Lo curioso es que los hechos evidencian que no hubo ningún efecto real del acuerdo con Irán, ya que ni se levantaron las alertas rojas, ni hubo cambio de petróleo por granos, ni se armó ninguna pista alternativa a la que apuntó contra Irán.
En tanto, esta semana vencerían los plazos para que el juez Julián Ercolini resuelva en la causa en la que se investiga la muerte de Alberto Nisman. Más allá de la situación del informático Diego Lagomarsino, lo novedoso es que el abogado Pablo Lanusse sostiene que la muerte del fiscal no se puede investigar al margen de la denuncia que el fiscal presentó contra Kirchner por el Memorándum. Y sin aportar ningún dato concreto, habla de un complot en el que aparecen la ex presidenta y Timerman. Concretamente, el escrito apunta a que el gobierno kirchnerista armó un gigantesco plan criminal para matar a Nisman.
Sobre el tema Hotesur , en los próximos días seguirán las indagatorias basadas en la acusación de que la familia Kirchner recibió alquileres por el hotel Alto Calafate a cambio de obra pública. Lo llamativo es que la semana pasada, la Sala I de la Cámara Federal dictaminó que la causa melliza, Los Sauces, debe acumularse con Hotesur porque las dos tratan de los mismo.
Y tal como viene ocurriendo desde hace siete meses, la Unidad de Información Financiera (UIF) y ahora la Cámara Federal, vienen presionando al juez Sebastián Casanello para que cite a indagatoria a Cristina en la causa por lavado de dinero contra Lázaro Báez. La hipótesis es que el dinero que supuestamente lavó el constructor sería de la ex presidenta o de su familia. Se trata de la misma oficina que favoreció el cierre de causas en las que se investigaban las sociedades en las que figuraba el presidente en Panamá Papers o las transferencias recibidas por Gustavo Arribas, relacionadas con Odebrecht.
En tanto, CFK no duda en calificar al juez federal Claudio Bonadio como “el más desprestigiado de toda la Argentina”, y acusa al presidente Mauricio Macri de estar detrás de una “maniobra de persecución política” en su contra, mientras considera que “el Poder Judicial actúa como una fuerza de tareas del Ejecutivo”.
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TENEMOS QUE ESTAR AHI CON ELLA