Mientras los diputados definirán esta tarde la suerte de 17 millones de personas -entre jubilados y beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH)-, el Gobierno dispuso convertir los alrededores del Congreso en una zona virtualmente militarizada, para hacer frente al descontento popular que se va a reflejar en la multitudinaria marcha que se llevará a cabo desde las 14 en contra de la reforma previsional.
Precisamente, el creciente malestar social fue el disparador para que el oficialismo decidiera apurar la votación de este proyecto que consideran clave, y esperanzado en contar con el apoyo de fuerzas provinciales y parte del peronismo no kirchnerista.
Sin lugar a dudas, el paro de 24 horas convocado por la CGT para mañana, y la marcha frente al Congreso de hoy aceleró, casi con urgencia, la necesidad de sesionar esta tarde, sumado a lo que fue la marcha de organizaciones sociales de ayer, en donde la Gendarmería reprimió inclusive a diputados nacionales.
En tanto, la CTA de los Trabajadores, que conduce Hugo Yasky, y la CTA Autónoma, que encabeza Pablo Micheli, convocaron a un paro general con movilización a la Plaza de los Dos Congresos.
A través de un comunicado conjunto de las dos centrales, se precisa: “Hemos resuelto convocar a un cese de actividades, concentración y marcha al Congreso de la Nación, en repudio a la intentona oficialista de legalizar en el Parlamento la iniciativa de (Mauricio) Macri de robarle a nuestras jubiladas y jubilados”.
Y se advierte que “la pretendida ‘reforma previsional’ impulsada por el Gobierno no es más que una brutal ofensiva contra nuestros mayores, a quienes busca arrancar más de 100.000 millones de pesos mediante una ley del Congreso”.