Pese a que el presidente Mauricio Macri defiende a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, desde el minuto cero de su gobierno, y la banco públicamente en la muerte de Santiago Maldonado y el asesinado de Rafael Nahuel por una bala en la espalda, las imágenes dantescas del jueves pasado en las cercanías del Congreso, asustaron a los grandes inversores internacionales. Tanto Luis Caputo como Nicolás Dujovne convencieron al presidente que las imágenes en el mundo por la represión asustan a futuros inversores.
Anoche, el presidente que está bastante molesto con Horacio Rodríguez Larreta, lo llamó y le pidió que el próximo lunes, la policía de la ciudad sea la encargada de controlar el orden en las cercanías del Congreso cuando se trate nuevamente el recorte a los jubilados.
La decisión apoyada por los ministros económicos, más la jefatura de Gabinete que preside Marcos Peña produjo malestar en Bullrich por perder el control operativo de la calle. La decisión de gobierno se suma al comentario que se conoció por parte de la diputada Elisa Carrió cuando dijo en público que “Patricia debe parar la mano” y que “nunca vio una represión así, ni en el 2001”. Cuentan que, además, desde los gobernadores le pidieron a los ministros nacionales que paren la mano con Gendarmería y que sea la policía la responsable de frenar las protestas. “No podemos tener otra vez a los gendarmes tirando gases y balas de goma en la calle”, dijo un gobernador.
El presidente, con bronca, aceptó que sea la policía de la ciudad. Rodríguez Larreta no estaba convencido pero el pedido del presidente lo dejo sin argumentos, mucho más que por estas horas hay bronca presidencial (y un poco de celos) que el jefe de gobierno porteño no defiende las políticas del gobierno nacional.
El lunes, Patricia Bullrich no tendrá el control de la calle, lo hará Rodríguez Larreta, antes los ojos desconfiados del presidente.