Con 128 votos a favor, 116 en contra, 2 abstenciones y 9 ausencias, esta mañana la Cámara de Diputados convirtió en ley el proyecto de reforma previsional, lo que en la práctica significará un recorte para los haberes de jubilados, pensionados, beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo (AUH) y ex combatientes.
El Gobierno respiró aliviado cuando pasadas las 7 de hoy, y después de una maratónica sesión que se extendió por 17 horas, el tablero confirmaba que el oficialismo había logrado su objetivo, gracias a los votos del interbloque de Cambiemos, y de los diputados peronistas que responden a gobernadores “dialoguistas”.
De todas maneras, esa victoria queda reducida por haberse dado en el marco de otra multitudinaria manifestación de rechazo frente al Congreso, acompañada por un paro general decretado por la CGT, y por la batalla campal y la brutal represión en las afueras del edificio. Pero sobre todo, el telón de fondo estuvo dado por el cacerolazo que de manera espontánea se registró en distintos barrios de la ciudad de Buenos Aires y en el interior del país, en rechazo a la flamante norma.
A ese panorama se suma la andanada de presentaciones judiciales que se vendrán por la inconstitucionalidad de la ley.
El diputado Eduardo Amadeo, como presidente de la comisión de Previsión Social, defendió el proyecto del Gobierno leyendo su discurso, lo que no le evitó fallidos sobre los objetivos de la iniciativa. “El Estado cumplirá sus obligaciones con los jubilados y los demás pobres”, afirmó, al intentar convencer que la nueva fórmula no representaba un recorte a los sectores más castigados por las políticas económica del Gobierno macrista.
Por su parte, la oposición manifestó su rechazo a la reforma y al bono “compensador”, que sólo restituye unos 4 mil de los 100 mil millones de pesos anuales que a través de esta reforma le quitarán a jubilados y pensionados para tapar los agujeros económicos del Gobierno nacional y las provincias.
En tanto, el jefe del bloque FpV-PJ, Agustín Rossi, pronunció un enérgico discurso en el cierre del debate: “Va a empezar una resistencia pacífica. Imagine que si hoy hubo cacerolas, mañana van a haber más cacerolas. Todos sabemos cómo evolucionan estos procesos en la sociedad argentina”, aseguró.
“Este es un Gobierno de mamarracho. Cómo puede enviar al Congreso un decreto para modificar un proyecto que se está debatiendo sin modificaciones”, planteó Leopoldo Moreau sobre el bono que firmó Macri “para compensar lo que dice que no le saca”.