Faltan menos de 18 meses para el cierre de listas con miras a las presidenciales del 2019, en los próximos meses deberemos encontrar la forma de sacar al movimiento nacional del atolladero en el que se encuentra, algunos acontecimientos de los últimos días (experiencias de unidad en la acción) nos podrían servir de guía para encontrar el camino.
La concreción de una amplia unidad entre el variado arco peronista y el kirchnerista sería la peor noticia que puede recibir éste gobierno neoliberal, hacia allí debemos dirigir todas nuestras acciones de aquí en más. Para que éste vasto y generoso acuerdo tenga sentido y pueda realizarse deberemos deponer enconos, olvidar ofensas, abandonar la nominación de traidores, acabar con el conteo de costillares sospechosos, e incluso prepararnos para una copiosa ingesta de sapos. La búsqueda de ésta unidad es urgente y prioritaria. Algunos ejemplos: ¿por qué no podrían encontrarse, hablar y ponerse de acuerdo Axel Kicillof y Roberto Lavagna (ambos ministros del kirchnerismo)?, o pactar una larga conversación entre Graciela Camaño y Máximo Kirchner (si dicen más o menos las mismas cosas), ¿qué tan grandes serían las diferencias entre Gabriela Cerruti y Daniel Arroyo? ¿Cuál es la traba que impediría un acuerdo entre Randazzo y Felipe Solá? Esta coyuntura histórica nos reclama deponer los narcicismos.
Sería un tremendo error no lograr en los próximos meses articular un gran coloquio del campo nacional en donde se salden todas las conversaciones que nos debemos (o que no tuvimos a tiempo), pienso en varias jornadas de trabajo, discusiones y acuerdos, con el objetivo de consensuar una plataforma en la que todos nos sintamos representados (con la presencia horizontal de aquellos que tengan genuinas ambiciones), que garantice la unidad programática en la que participen todos: gobernadores, intendentes, los movimientos sociales, el PJ, unidad ciudadana, diversos partidos de izquierda y progresismos, una gran convocatoria sindical (amplia y sin reproches), de no ser así estaríamos garantizando el triunfo del macrismo y tal vez dentro de 12 o 16 años nuestras nuevas generaciones militantes podrán salir de éste embrollo y dirigir una mirada piadosa hacia atrás para ver como terminamos ahogados en el mar de nuestras propias miserias y mezquindades.
No nos midamos entre compañeros, reclamando heroicos actos de resistencia a quienes no pueden realizarlos por diversas cuestiones de la coyuntura, siempre es mejor que estén (aunque limitados), nadie debe quedar afuera, todo sirve a efectos de consolidar esa masa crítica (sabemos que los traidores siempre estarán en los lugares que generen expectativas de triunfo), lidiar con esto es parte del desafío de la conducción. Todo sirve siempre que vaya en el sentido de la unidad, tenemos que construir una real alternativa de poder y eso se logra estando todos adentro.
Daniel Santoro, 25 de Diciembre. 2017
1 comentario
Aunque la unidad implique ” tragarse algunos sapos ” , aceptar caminar con algunos “compañeros ” no muy gratos, estoy de acuerdo en que es la UNICA manera de derrotar al macrismo. Encontrar un candidato potable para el 2019 que pueda convocar auna gran cantidad de adherentes que pueda ser aceptado por esa clase media a la que le enseñaron a odiar a Cristina…y que defienda la doctrina justicialista y kirchnerista de ” el amor vence al odio ” y ” la patria es el otro “…