Durante 2016, y sin pasar por licitaciones públicas, Sideco Americana -empresa insignia de la familia Macri- creó, junto con un grupo de socios, cuatro empresas a nombre de un contador y adquirieron seis parques eólicos en la provincia de Chubut y en la localidad bonaerense de Miramar. Las licitaciones fueron ganadas por la española Isolux, que después las vendió a estas compañías en dos tandas.
Por la primera parte del paquete, las empresas del holding presidencial pagaron 25 millones de dólares, y durante el siguiente año revendieron esos parques a una empresa del Grupo Macro (Genneia, la que visitó el Presidente el martes) y a una compañía china (Goldwind).
Según reveló el diario Perfil, con sólo uno de los parques lograron una ganancia de alrededor de 15 millones de dólares.
Dos semanas después de la asunción de Mauricio Macri, el contador Mariano Payaslian fundó Usir Argentina SA. Fue el 29 de diciembre de 2015 y la sociedad se constituyó para negocios financieros, con domicilio en su estudio contable, Gizzi & Payaslian, y con el propio Payaslian como socio y presidente.
Tres meses más tarde, el contador fundó Parques Eólicos Miramar SA, y seis meses después, el 5 de septiembre de 2016, creó otras dos empresas: Sideli SA y Sidsel SA. En las cuatro sociedades (Usir Argentina, Parques Eólico Miramar SA, Sideli y Sidsel), Payaslian figura como socio y presidente.
Isolux-Corsan, antigua socia de Iecsa, empezó a negociar en secreto con las empresas de los Macri para desprenderse de sus activos en la Argentina.
El 19 de octubre de 2016, Isolux anunció un acuerdo con Sideli SA y Sidsel SA “para la venta de los desarrollos eólicos del parque Loma Blanca”, según el comunicado de la empresa. Se trataba de Loma Blanca I, II, III y IV. “El precio de la transacción, que incluye las cuatro fases del parque eólico, asciende a US$ 25 millones”, aseguró.
Para que la venta pudiera llevarse adelante, el Gobierno, a través de la empresa estatal Enarsa, y el Banco Nación debían aprobar la transacción. Y lo hicieron. La española había comenzado su proceso de desinversión para retirarse de la Argentina, según el mismo comunicado.
Sin embargo, cinco semanas después, el 25 de noviembre de 2016, Isolux volvió a ganar una licitación para explotar otros dos parques eólicos en el programa Renovar 1.5 del gobierno de Cambiemos. La empresa estaba observada por el ministerio de Energía, porque sólo había cumplido con la inversión en uno de los cuatro parques que tenía desde el gobierno de Cristina Kirchner. Aún así, volvió a ganar la licitación por otros dos contratos: Loma Blanca VI y el parque eólico de Miramar, con capacidades para producir 100 MW y 97,5 MW, el doble que los anteriores.
No hay ningún nombre de las empresas de los Macri o de sus socios en los documentos públicos de Usir, Sideli, Sidsel o Parques Eólicos Miramar SA. Sin embargo, ante la consulta de Perfil, el contador informó que un 10 ó 12 % de este conglomerado es de Sideco Americana. Las sociedades también está integrada por Socma -Sociedades Macri-, otra empresa del holding, en un porcentaje más pequeño.
Payaslian es un hombre muy cercano a las empresas de la familia Macri. A lo largo de los últimos años, figuró como síndico de Sideco Americana y de la constructora Iecsa (entonces de Angelo Calcaterra, primo de Macri). Su estudio Gizzi & Payaslian prestó servicios a una Unión Transitoria de Empresas (UTE) entre Isolux y Iecsa.
La convocatoria a la licitación del parque eólico en Miramar se abrió el 26 de octubre de 2016. Isolux ganó la licitación a fines de noviembre y vendió luego el contrato al mismo grupo de empresas a nombre a Payaslian. El holding de los Macri y sus socios crearon la sociedad que se quedaría con el negocio en marzo de 2016, siete meses antes de que se abriera la convocatoria a la licitación y ochos meses antes de que Isolux ganara el contrato con el Estado.
Para septiembre de 2017, once meses después de que Isolux se empezó a desprender de los parques, las empresas creadas por Sideco Americana y sus socios terminaron revendiendo todo. Según fuentes de las compañías, la decisión comenzó a tomarse en febrero de 2017 y la razón fue “la necesidad de desprenderse de los negocios ligados al Estado”, ante el escándalo del caso Correo Argentino, que expuso los conflictos de intereses de la familia de Macri.
Uno de los parques, Loma Blanca IV, fue vendido por alrededor de US$ 40 millones a Genneia, la compañía del banquero Jorge Brito -indagado en el caso Ciccone-, entre mayo y septiembre de 2017. La cifra fue confirmada a PERFIL por tres fuentes con acceso directo a los contratos firmados entre las compañías. Lo habían comprado por apenas US$ 25 millones junto a otros tres parques. Por lo tanto, la ganancia para el holding de la familia presidencial y sus socios fue de unos US$ 15 millones en un año.
El resto de los parques adquiridos a Isolux los vendieron a la china Goldwind en mayo de 2017, en coincidencia con el viaje de Macri a aquel país ese mismo mes. La venta del segundo paquete sería por otros US$ 22 millones, según una de las compañías involucradas.