“La discrecionalidad, la soberbia y la torpeza con la que el ministro de Trabajo manejó la situación de su empleada Sandra Heredia lo convirtieron en el regalo más inesperado que pudo recibir el sindicalismo en estado de guerra con el Gobierno. Aunque lo estima y valora el hecho de que haya sido uno de los primeros peronistas que lo acompañaron en la aventura política del PRO, difícilmente Mauricio Macri pueda sostenerlo mucho tiempo más en el gabinete”.
Con el título “Triaca, un obstáculo en la batalla de Macri contra los gremios”, el periodista Fernando González lanza hoy en Clarín esta hipótesis, que terminaría por confirmar que el Gobierno ya decidió soltarle la mano al jefe de la cartera laboral, por el escándalo generado tras los insultos y el despido de su ex casera.
Al respecto, sobre la inminente ida de Triaca del gabinete, se precisa que “eso fue lo que evaluó el Presidente, en un áspero diálogo que mantuvieron apenas estalló el escándalo. Triaca escuchó cómo Macri lo castigaba en términos durísimos, en presencia de Marcos Peña y de Mario Quintana. Allí se decidió alejarlo del epicentro del conflicto por lo que el ministro marchó a su quinta de Chapadmalal a completar sus vacaciones”.
Justamente, Peña salió a arrojar paños fríos, al decir públicamente que “es un excelente ministro que cometió un error”. Y aseguró que “la mayoría de los sindicalistas está siendo responsable y dialoga”.
En otras palabras, el mensaje del jefe de Gabinete apuntó a que si Hugo Moyano no se sube al tren anti Triaca hay espacio para negociar. Y, en ese caso, dejarían en el lugar de la tribuna antidemocrática sólo a Luis Barrionuevo.
Según González, el ministro de Trabajo deberá volver hoy o mañana a Buenos Aires “para dar una batalla de final incierto con el objetivo de mantenerse en el Gobierno”. Y ahí aparece el otro costado, más grave que el audio con los insultos de Triaca: el escándalo por la designación de Heredia como delegada en la intervención del Sindicato de Obreros Marítimos (SOMU).
Se afirma que Triaca “representa ahora un obstáculo complicado para el Presidente, que tiene como objetivos avanzar en la democratización y la modernización de los sindicatos; en destrabar la ley de reforma laboral en agonía; que quiere combatir el trabajo en negro y negociar las paritarias sin cláusula gatillo cuando la inflación baja en forma mucho más lenta de lo esperado”.
Y para terminar de completar la imagen sobre dónde está parado el todavía funcionario, en la nota se consigna que “la pulseada contra los Moyano y el resto de los monarcas sindicales será impredecible con el lastre de un ministro que designó a varios de sus familiares en el Estado y que no respeta las mismas reglas que le debe hacer cumplir a esos líderes desprestigiados”.
Por último, se precisa que “no será una decisión fácil para Macri. En los próximos días deberá decidir si acomete la batalla cultural contra los gremios con uno de sus generales herido. O si lo reemplaza para no pagar el costo de los errores de Triaca en cada combate ante la opinión pública”.