Cientos de personas marcharon nuevamente por las calles de Azul y se concentraron frente a la Municipalidad, para exteriorizar el rechazo al cierre de la planta de ‘Fanazul’, de Fabricaciones Militares, que dejará en la calle a unos 220 trabajadores.
Por eso mismo, los empleados decidieron en asamblea intensificar el plan de lucha, y además del acampe frente al edificio comunal, llevaron adelante cortes totales de rutas, a la espera de una respuesta por parte de las autoridades.
El intendente Hernán Bertellys, antes del FPV y ahora de Cambiemos, afirma que está buscando alternativas de trabajo. Sin embargo, tras diferentes actitudes tomadas por el dirigente, la relación entre el jefe comunal y los empleados de Fanazul pende de un hilo.
Los trabajadores mantienen su demanda por la continuidad de la fábrica, a pesar de que el interventor de Fabricaciones Militares, Luis Riva, ratificó el cierre. Inclusive, días atrás hubo una reunión entre el intendente y el vicejefe de Gabinete, Gustavo Lopetegui, en la que éste dijo que la decisión de cerrar la planta era irreversible.
El argumento de los funcionarios es que Fanazul es inviable y deficitaria. Esto, para los trabajadores, no es así. Parte de lo que allí se elabora es de calidad “única y superior” a lo que se hace en la planta de Fabricaciones Militares de Córdoba, aseguraron.
Si no hay respuesta positiva hasta el 5 de febrero, los despedidos ya anunciaron que realizarán una marcha hasta la Casa de Gobierno bonaerense y, luego, al Ministerio de Defensa de la Nación, en la Capital Federal, con paradas en todas las ciudades desde Azul hasta el centro porteño.