“Escúchenme queridos –le dijo Elisa Carrió a Marcos Peña y Mario Quintana- yo puse la cara para fulminar a los Moyano (afirmó que eran una familia de criminales) por lo cual les aviso que quiero la cabeza de Garabano que “entrego” a los familiares de la AMIA. Ante la cara de sorpresa de Peña y Quintana, “los ojos del presidente”, agregó que no lo va a pedir inmediatamente, en momento que el gobierno la está pasando mal por la inflación descontrolada y por el mal humor que comenzó a percibirse en las canchas contra la figura presidencial.
La reunión secreta se produjo ayer en la residencia de Olivos e incluyó almuerzo en el chalet de la Jefatura de Gabinete que utiliza Peña en dicho lugar. Del encuentro también participó Fernando Sánchez, un lilito que ocupa un lugar en la Casa Rosada.
Carrió venía de dos meses de vacaciones, primero con toda la familia por Europa y luego en las playas de Punta del Este. La charla duró varias horas y Carrió pidió explicaciones sobre los funcionarios que durante el verano estuvieron y están en la cuerda floja. Pidió definiciones sobre Jorge Triaca, Luis Caputo y Luis Etchevehere. También reiteró lo expresado en Uruguay sobre el muy mal manejo en el caso de Valentín Díaz Gilligan, luego que periodistas españoles descubrieron una cuenta por 1.2 millones de dólares que nunca había declarado.
Luego se refirió al mega proyecto que fracaso ante las criticas de la oposición y que por estos días se enviará a la Legislatura dividido en varias leyes. Cuentan que Carrió se molestó por el pedido presidencial para la despenalización del aborto sin haberla consultado.
El momento de mayor tensión se produjo cuando Carrió pidió la cabeza del ministro de Justicia, Germán Garavano por proteger a dos ex fiscales amigos de Angelici –José Barbaccia y Eamon Mullen- y por querer cerrar la Unidad AMIA a partir de su enfrentamiento con Mario Cimadevilla. Carrió ya hizo renunciar hace un par de semanas a su asesora, la abogada Mariana Stilman, muy enfrentada al ministro de Justicia.
Terminada la reunión fue a saludar al presidente Mauricio Macri donde se reunieron a solas durante 15 minutos. Nadie reveló de que hablaron pero la diputada nacional insistió con la necesidad de cambiar a Garavano y mantener la Unidad AMIA. El presidente la escucho y solo atinó a decir que la esperaba hoy en la apertura de sesiones.