El genocida Miguel Etchecolatz abandonó esta madrugada su casa del Bosque de Peralta Ramos, en Mar del Plata, donde cumplía el beneficio de la prisión domiciliaria, para ser trasladado al penal de Ezeiza a cumplir su sentencia.
El represor fue retirado de su casa de Boulevard Nuevo Bosque, entre Guaraníes y Los Tobas a las 5.45, custodiado por un grupo de efectivos del Servicio Penitenciario Federal, que lo introdujeron a un patrullero con casco y chaleco antibalas, en una de las camionetas del SPF para llevarlo a la unidad carcelaria federal.
La salida del represor fue festejada con cánticos y consignas por un grupo de militantes de derechos humanos que habían realizado una vigilia a la espera de que se cumpliera el fallo judicial conocido ayer. “Adonde vayan los iremos a buscar” y “30.000 desaparecidos, presente, ahora y siempre” fueron los cantos que se escucharon al paso del patrullero.
Etchecolatz estaba en su casa de Mar del Plata, en el bosque Peralta Ramos, desde el 29 de diciembre por decisión del TOCF 6, a pesar de haber sido condenado cinco veces a reclusión perpetua por delitos de lesa humanidad.
El TOCF 6 le había otorgado a Etchecolatz la prisión domiciliaria en el marco de la causa en la que se lo investiga por los crímenes de lesa humanidad cometidos en los centros clandestinos Puente 12 y Comisaría de Monte Grande, entre 1974 y 1983.