A Carlino lo conocí en el cine. Yo estaba en una butaca y el en la pantalla. Daban “Flores robadas en los jardines de Quilmes”. Jorge Asís lo puso en su libro como el personaje real más de ficción que jamás conoceríamos. Porque Carlino, su vida, su obra, parecían de ficción, pero nada fue ni es más cierto que la vida y la obra de Carlino. Desde mocoso se metió en la historia con sus manos como única herramienta. Envueltas en unos guantes de boxeo o empuñando una lapicera, Carlino como el José Luna de Marechal, fue un púgil de la poesía y un poeta del ring de la vida. Fue y es nuestro talismán para ahuyentar derrotas. Conoció a todos los que uno hubiera querido conocer. Homero, Catulo, Don Arturo, Carrillo, el Padre Castellani. Fue un mimado de la Eva y más de una vez estuvo cerca físicamente (espiritualmente estuvo pegado) del General Perón. Estuvo en el 17 de Octubre, la sangre de Darwin Passaponti le avisó muy temprano que ser peronista era a un tiempo una bendición y un peligro. Púgil y poeta para siempre nunca dejó ni la escritura ni la pelea. Fue y es un astrolabio del peronismo. Si Carlino te decía “ese es un gorila” no había que dudar. Y si te decía “ese es un pelotudo” tampoco. Queda su obra, infinita, porque no paraba de escribir ni un momento. El amor y el peronismo (para Alfredo la misma cosa) fueron sus musas. Queda el poema “Muchacha” que tanto le gustaba recitar y tantas alegrías le dio y queda su “Chau Gatica”… Y tanto más. Se lo va a extrañar, se lo va a necesitar y ojalá seamos capaces de poder imitar algo de su amor a la Patria y a la vida. Nació un 17 de Octubre y empezó a morir un 24 de Marzo. Cosas de Carlino. Qué no a cualquiera le pasan. Chau Alfredo Carlino, te despedimos como te saludábamos. VIVA PERON VIEJO.
* Diputado del Parlasur.
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