En momento que el dólar superó los 21 pesos, Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, le dijo a su gente que “Quintana y Peña se vayan a cagar” y ordenó subir las tasas de interés en 300 puntos básicos, para ubicarla en 30,25%, con lo cual no habrá crecimiento económico.
El central había tenido que vender 3000 millones de reservas para frenar la suba del dólar.
La medida de Sturzenegger lo enfrenta duramente con Quintana, Lopetegui y Peña que le habían “ordenado” en diciembre bajar las tasas para reactivar la economía no especulativa. La ortodoxia del Central fue simple: si aumenta la tasa los inversores especulativos abandonar el dólar y vuelven a la Lebacs.
La medida fue sorpresiva porque las tasas se anuncian en fechas prefijadas, dos veces al mes, pero hoy se decidió para frenar la sangría de las reservas del Central. La medida tiene sus costos y golpeará en lo plazos fijos y también en el costo de los créditos para las empresas y particulares.
El dólar empezó a bajar, pero será catastrófico para las inversiones productivas y las empresas Pymes.