El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, intenta llevar tranquilidad, en medio de un clima enrarecido, donde el Gobierno ya no puede ocultar su ineficacia. Y mientras la escalada del dólar por ahora no tiene freno, empezaron a circular rumores vinculados con cambios en el equipo económico y no son pocos los que ya echan por tierra los sueños reeleccionistas de Mauricio Macri, cabeza visible de esta brutal crisis dominada por una inflación sin control.
Balbuceante, dubitativo, y esforzándose por transmitir tranquilidad durante una conferencia de prensa en la que estuvo junto al ministro de Finanzas, Luis Caputo, y casi en simultáneo al anuncio del Banco Central de una nueva suba de su tasa de interés, Dujovne confirmó que la respuesta desde el Ejecutivo a la devaluación será profundizar el ajuste.
Al respecto, anunció que se reducirá la meta de déficit fiscal de 3,2 % proyectado para este año al 2,7 %, y el déficit primario bajará de 3,8 a 2,7 %. Así, reconoció que eso implica por ejemplo recortar en casi 3.200 millones de dólares destinados a obras de infraestructura.
Y en autodefensa de la gestión del cada vez más cuestionado equipo económico, destacó que “el resultado del primer trimestre nos ha mostrado que está funcionando nuestra política de contención de gasto y la recaudación está creciendo a un ritmo significativo”, mientras de manera insólita llegó a ratificar que la previsión del 15 % de inflación para este año no se modificará, a pesar de que los analistas pronostican que rondará el doble de esa cifra.
Mientras tanto, la situación no repercutió sólo a nivel nacional, sino que las acciones de las empresas argentinas en Wall Street cayeron hasta un 8 %, lo cual para el presidente es la peor noticia, teniendo en cuenta que esto refleja que hay una enorme pérdida de confianza, tanto en la estrategia del Banco Central, como en la de la política económica en general.
“El plan de aguantar hasta las elecciones ya no sirve. ¿Qué se hace ahora? O se sigue en esta meseta y mágicamente se arregla todo, o hay un cambio de funcionarios”. Esto lo dijo un hombre que está muy cerca de Macri, reflejando el ánimo que reina en los despachos oficiales en medio de tantas versiones.
Entre los trascendidos más fuertes, muchos apuestan a una inminente salida de Nicolás Dujovne del Ministerio de Hacienda, para ser reemplazado por un hombre del vicejefe de gabinete, Mario Quintana.
Se hablaba en ese sentido de Vladimir Werning, del riñón del dueño de Farmacity, quien se dedicó, en medio de la corrida, a llamar a hombres claves del mercado para detallarle sus críticas a las intervenciones del Banco Central.
Un eventual ascenso de Werning sería la entronización de Quintana como máxima autoridad en el manejo económico del país, un objetivo largamente acariciado por el influyente vicejefe de Gabinete.