“Ya tocamos fondo. Quiero creer que a partir de ahora no queda otra que empezar a despegar”. Esas fueron las palabras de Mauricio Macri, aunque sin mucho convencimiento, que les trasmitió a las principales espadas de la coalición gobernante, con el objetivo puesto en mostrar que hay un Gobierno fuerte, más allá de la crisis en la que aparecen un dólar que no encuentra su techo y una inflación descontrolada, con los tarifazos en el centro del malhumor social.
A pesar de que en los despachos oficiales hacen denodados esfuerzos para mostrar que hay total normalidad y que “la casa está en orden”, la preocupación está a la orden del día, y se refleja en la sucesión de nerviosas reuniones que se registraron en las últimas jornadas.
El primer paso del presidente fue prometerles al jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y a la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, que en sus respectivos distritos no se verán afectadas las obras publicas, a pesar del ajuste anunciado el viernes último.
Y después, ante la mesa ampliada de Cambiemos, con representantes de la UCR, el Pro y la Coalición Cívica, Macri analizó lo que está pasando con el dólar y con las tarifas. Sin autocrítica, sostuvo que “las medidas que estamos tomando son las correctas. Y sabemos del esfuerzo que está haciendo la sociedad”.
Al término del encuentro, y en un triste papel que lo llevó a ocupar el rol de vocero presidencial, Alfredo Cornejo, gobernador de Mendoza y titular del radicalismo, les dijo a los periodistas en la explanada de la Casa Rosada: “Ratificamos el rumbo económico. Entendemos que la situación ha sido solucionada, aunque hay que seguir trabajando”. Y agregó: “El Presidente dio un análisis alentador de que fue buena la jornada, que las medidas dieron resultado, pero que hay que seguir adelante con la reducción de déficit”.
Cornejo, de hecho, se mostró confiado de cara a la sesión de mañana en Diputados, en la que la oposición buscará darle media sanción al proyecto para retrotraer los aumentos de tarifas en los servicios públicos.
Para el titular de la UCR “estaba todo preparado para el estallido, era una bomba de tiempo que estaba activada para explotar en el gobierno de Cambiemos, y sin embargo con un mecanismo de relojería el Gobierno y su equipo ha logrado que transitemos en paz”.
En medio de tantos rumores, también apareció el nombre de Emilio Monzó, a propósito de las internas en el oficialismo. “Emilio ya entendió que se tiene que ir cuanto antes. No podemos seguir hasta diciembre de 2019 con un presidente de la Cámara de Diputados que se quiere ir”, fue la definición de un funcionario con acceso al despacho presidencial. Entregarle esa silla a la UCR sería una salida para descomprimir la crisis interna.
Con el plenario de ayer de Cambiemos, Macri apunta a solucionar el componente político de la corrida cambiaria que golpeó a la economía en los últimos días. Su objetivo: sacar provecho de la crisis, y tocar fondo con el ajuste de tarifas para apostar a un despegue de la gestión después del Mundial de Fútbol.