Por Alfredo Silletta. Uno de los principales consultores que acercan su opinión a la Casa Rosada dejo perplejos a los hombres de la Jefatura de Gabinete. “El problema de la credibilidad es la heladera”, dijo el analista. Luego agregó: “Cada vez que la señora o el señor entran a la cocina tienen en la puerta de la heladera la factura de luz o gas sostenida por un imán, la cual no pueden pagar”.
La factura impagable sobre la puerta de la heladora es una bala que ingresa al corazón de tantas familias de trabajadores en las barriadas del Gran Buenos Aires, de allí que las últimas encuestas golpean duramente sobre la imagen de Macri y Vidal.
Y ya que hablamos de símbolos y de heladeras hay que recordar que las primeras heladeras Siam aparecieron en el gobierno de Perón, allá por 1948. El país vivía un crecimiento sin igual, con plena ocupación y con trabajadores que empezaban a disfrutar de tener vacaciones, aguinaldo y su propia vivienda con todo el confort. Entre esos beneficios estuvo la heladera, un electrodoméstico revolucionario en aquellos días. Según datos de la fábrica se vendían un promedio de 11.000 unidades por año. Claro, era otra época, estaba Perón y hoy está Macri.
El genial artista plástico Daniel Santoro la inmortalizó en una de sus obras junto a Evita.