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La Plata
28 noviembre, 2024
PAÍS

La realidad de una brutal crisis económica obliga al Gobierno a reconocer que “se vienen meses difíciles”

La crisis económica golpea con tal dureza sobre gran parte de la población argentina, que en los últimos días el Gobierno de Mauricio Macri se vio obligado a cambiar su discurso: ahora, no queda otra alternativa que transmitir la idea de blanquear que “vienen meses difíciles”, por lo que aquello de que “lo peor ya pasó” quedó enterrado en el pasado del falso optimismo.

Los hechos demuestran que ni el crédito del FMI ni el “ascenso” a mercado emergente resultaron suficientes para que la situación empezara a mostrar signos positivos. Por el contrario, ayer las acciones se desplomaron hasta 15,6 %, y el Merval sufrió su peor caída en casi una década. Dicho en otras palabras, los inversores desconfían sobre el rumbo de la economía local y su impacto en las empresas líderes en el corto y mediano plazo.

Desde el búnker de Jaime Durán Barba se impone la premisa de que llegó el momento de contar que, por los momentos duros de la economía estamos en el infierno, para que después, cuando en algún futuro no tan próximo se llegue al purgatorio, la gente pueda sentirse aliviada.

El primero en bajar las expectativas, después de que el país fuera reclasificado como “mercado emergente”, fue el propio ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, al advertir que “faltan dos o tres meses difíciles” de la economía, “producto del movimiento de precios derivado de lo que ocurrió con el tipo de cambio”.

Se trató del punto de partida de este giro en el discurso oficial, al que lo siguió lo que dijo el flamante ministro de Producción, Dante Sica, quien anticipó “un segundo semestre mucho más difícil”, y hasta llegó a graficar que la actitud del Gobierno para enfrentar ese camino se asemejará a la de “una sala de guardia” de hospital.

Después fue el turno del jefe de Gabinete, Marcos Peña, para quien “el shock externo y la crisis cambiaria van a tener un impacto con algunos meses recesivos”.

Y para terminar de confirmar que estamos en presencia de un cambio discursivo ante una realidad que golpea cada vez más y que se traduce en un creciente malhumor social, ayer la gobernadora María Eugenia Vidal lanzó un paquete de medidas para dar, según dijo, “respuestas a los momentos difíciles que se atravesarán en los próximos meses”.

Además de las directivas de Durán Barba, aparecen los resultados de encuestas encargadas a las dos consultoras en las que hoy más confía el macrismo, Isonomía y Poliarquía. Un informe reservado de esta última reflejó que tanto la evaluación general del país, la situación personal y las expectativas a futuro se encuentra “en el piso de los últimos 10 años, con valores similares a los observados después de la devaluación de 2014 o durante la crisis de 2008/09”.

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