“Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”, señala una popular frase, que bien podría aplicarse al actual escenario político. Cuando asumió Mauricio Macri en diciembre de 2015, en la alianza Cambiemos pronosticaban una rápida declinación política del kirchnerismo. Sin embargo, transcurridos más de dos años y medio de gobierno, esos augurios no sólo no se cumplieron, sino que la figura de Cristina Kirchner fue creciendo con el correr de los meses, y tanto es así que hoy por hoy en el oficialismo ya ven a la ex presidenta como la principal competidora para las elecciones del año próximo.
El hecho es que en los despachos oficiales ya están reconociendo esta preocupación sobre el fantasma de CFK, y no alcanzan a entender cómo erraron de tal manera el pronóstico, suponiendo que a medida que el 2015 fuera quedando más distante, la influencia de la actual senadora por Unidad Ciudadana se iría diluyendo, pero los acontecimientos demostraron que no fue así.
Y, claro, no pueden desconocer en torno al presidente que la situación económica contribuye a ese crecimiento de la imagen de Cristina. Así, con una inflación descontrolada, un dólar sin techo y la desconfianza de los llamados mercados, son conscientes que se la dejan servida a la ex presidenta, y de esa manera se esfuman las posibilidades para el surgimiento de una tercera fuerza que rompa con la polarización.
Lo que vaticinaban en los primeros tiempos del gobierno, envalentonados por el triunfo electoral, es que no pasaría mucho tiempo para que Cristina pasara a ser una especie de cadáver político, imaginando que el espacio que el kirchnerismo iba a dejar vacante en el campo opositor iba a ser cubierto por el llamado peronismo “racional”, con referencia en los gobernadores y en el Frente Renovador de Sergio Massa.
El paso del tiempo les demostró a los pronosticadores de Cambiemos que aquello sólo era una expresión de deseos, porque el peronismo “dialoguista” nunca pudo afirmarse ni ganar peso político.
Mientras que la líder de Unidad Ciudadana logró consolidar un piso electoral que las encuestas ubican en más del 30 %, en la mesa chica que rodea a Macri son conscientes de que “todo lo que pensaba que iba a pasar no pasó. Vamos camino a repetir la polarización. Ellos (por Unidad Ciudadana) tienen un piso de más del 30 % y nosotros estamos en 35, y bajando, por lo que es imposible pensar en la reelección si primero no logramos ordenar la situación económica”, reconoció un referente oficialista.
Y hasta llegó a aventurar que “es muy difícil que Cristina no se presente como candidata con esos números”, teniendo en cuenta que el kirchnerismo aparece como columna central de una coalición que incluiría al PJ bonaerense, los Rodríguez Saá, buena parte del sindicalismo, el Movimiento Evita y otras organizaciones sociales, varias fuerzas de centroizquierda y un sector minoritario del Frente Renovador.