El jefe de Gabinete, Marcos Peña, reconoció hoy que el Gobierno analiza la posibilidad de aumentar el impuesto a los pasajes al exterior: “Es algo que está sobre la mesa, y que algunos sectores lo vienen planteando por un tema de déficit de cuenta corriente que tenemos”, afirmó.
“Es una de las cosas que se analizará, pero se analizará en una decisión más amplia que es cómo llegar al equilibrio fiscal”, dijo hoy el funcionario en diálogo con el periodista Luis Novaresio en radio La Red, confirmando así lo que desde hace unos días era sólo un rumor.
“No quiero que me digan cuándo puedo viajar”, “No quiero que me manejen mi vida” o “¡Yo quiero ir todos los años a Punta del Este!”. Esas eran algunas de las quejas que se escuchaban durante los cacerolazos en tiempos del kirchnerismo, alterados por el ‘cepo’ que aplicaba el anterior gobierno… Sin embargo, ahora la administración macrista estudia ajustar el impuesto a los pasajes aéreos al exterior, cuya alícuota es actualmente del 7 %.
Sería la segunda vez que aumenta este impuesto en la gestión Macri, que lo llevó del 5 al 7 % desde enero de 2017. Sin embargo, ahora el alza sería bastante mayor (se habla de llevarlo al 15 %), con dos objetivos: por un lado, encarecer los viajes al exterior y desincentivar el turismo de argentinos en el extranjero, y por el otro, mejorar la recaudación en línea con la reducción del déficit comprometido con el FMI para el próximo año.
De todas maneras, la suba del impuesto a los pasajes al exterior solo podría realizarse por ley, por lo cual la idea sería incorporarla en el proyecto de Presupuesto 2019.
También está en análisis una medida todavía más fuerte: una tasa del 10-15 % sobre las compras con tarjetas de crédito en el exterior.
Por otra parte, Peña sostuvo que la situación actual de la economía “no es el momento más difícil” que transita el Gobierno. “Es una tormenta compleja que tenemos que atravesar los argentinos, donde se combinaron elementos externos, como la suba del petróleo y de las tasas de interés por parte de Estados Unidos, con situaciones internas, como la sequía que afectó muy fuerte en la actividad”.
“Lo que se llamó el plan bomba, ese fue el momento más difícil para el Gobierno, donde había dudas sobre si era posible sacar el país adelante sin una crisis y se pudo. El momento más difícil fue cuando arrancamos, con default, sin reservas, sin crédito, con cepo, con tarifas atrasadas, con precios distorsionados, con una matriz energética colapsada”, amplió.
Según Peña, el gobierno de Cambiemos está “tomando decisiones para corregir la situación, para acelerar el camino hacia el equilibrio fiscal”, y consideró que si este país sigue teniendo posibilidades de desarrollo “es por la confianza que hay en la figura de Mauricio Macri y en el cambio que ha propuesto”.