Si los gobernadores estaban preocupados por lo que en sus provincias significará el inevitable recorte de gastos que se viene, esa inquietud se agiganta por estas horas, cuando desde la Nación les confirman que el ajuste será mucho más profundo que lo que en un primer momento se había planteado.
En otras palabras, el ajuste comprometido con el Fondo Monetario Internacional (FMI) deberá llegar a los $ 300.000 millones, es decir, mucho más alto que los $ 220.000 millones que las consultoras y el propio Gobierno calculaban hasta ahora.
Cuando horas atrás el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recibió a los ministros de Economía de las provincias que controla Cambiemos, les aclaró que el esfuerzo que deberán hacer será de al menos la mitad de esa suma, asegurando que el reparto será “equitativo”. En rigor, señalan que la Nación se hará cargo de entre $140 mil y $150 mil millones. El resto deberá correr por cuenta de las provincias, que deberán decidir por dónde aceptan que el Gobierno pase la tijera.
Por eso mismo, la pregunta que ronda ahora es por dónde pasará el recorte que aplicarán las provincias. En ese sentido, se analizan distintas alternativas, como por ejemplo las transferencias para gastos corrientes, en salud y educación o subsidios por transporte. Pero, en principio, se apuntaría a bajar considerablemente los gastos de capital, lo que lisa y llanamente significará dejar de lado la posibilidad de encarar obras públicas.
Y tan contundente será el ajuste que se viene, que la crítica situación ya derivó en un conflicto con Alemania, desde donde enviaron señales de malestar porque, por razones presupuestarias, la administración de Mauricio Macri dispuso postergar la construcción de la represa Chihuidos, en Neuquén, teniendo en cuenta que el gobierno que encabeza Angela Merkel apadrina a Voith Hydro, una de las empresas que integran el consorcio que pretende hacer la obra. Hace un año, la canciller alemana había conversado con el presidente argentino sobre el proyecto.
Gustavo Lopetegui , vicejefe de Gabinete, transmitió en pocas palabras y con crudeza el más que desalentador panorama que se viene: “No podemos empezar ni una sola obra nueva”.
Es que en el acuerdo con el FMI se comprometió una reducción del rojo fiscal primario (es decir antes del pago de intereses) desde 2,7 % a 1,3 % del PBI. En los cálculos previos esto arrojaba la necesidad de recortar gastos por alrededor de $ 220.000 millones. Sin embargo, Dujovne aclaró que la cifra es en realidad mucho mayor, llegando a los $ 300.000 millones. Esto se relaciona con la fórmula de ajuste de las jubilaciones, asignaciones familiares y planes sociales, como la Asignación por Hijo, que recogen la inflación pasada.
“Tenemos que avanzar en esquema de esfuerzo compartido entre el gobierno nacional y las provincias”, destacan desde los despachos de Hacienda, donde anticipan que habrá más reuniones tanto con los gobernadores de Cambiemos como de la oposición. El objetivo es consolidar un preacuerdo con las provincias para el 15 de septiembre, que es la fecha de ingreso del Presupuesto 2019 en el Congreso Nacional.