Era de esperar: el durísimo ajuste que se viene con las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) -que implicará una brutal poda en el presupuesto de las universidades públicas-, puede llegar a traducirse en una paralización total en las casas de altos estudios a partir de agosto.
El dato novedoso del conflicto es que la medida la tomarían los propios rectores de las casas de altos estudios, algo que jamás ocurrió, y que se sumarían así al paro que ya anunciaron los docentes ante la indefinición de la paritaria. En lo que va del año sólo recibieron un adelanto del 5 % a cuenta del aumento.
La posibilidad de una paralización de las actividades fue reconocida por el rector de la Universidad de Tierra del Fuego (UNTDF), Juan José Castellucci. “En agosto nos volvemos a sentar los rectores en el comité ejecutivo y hay versiones de que quieren enfrentar más firmemente esto que está ocurriendo”, anticipó.
El malestar en las universidades es porque en los últimos meses el gobierno nacional cortó las partidas presupuestarias que se utilizan para el funcionamiento cotidiano (los únicos fondos al día son los destinados a salarios), y no está ejecutando el presupuesto.
En tanto, el mes pasado, las autoridades del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) -que agrupa a los rectores- se reunieron con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Educación, Alejandro Finocchiaro, oportunidad en la que los funcionarios se comprometieron a reducir los atrasos en las transferencias de fondos y a ejecutar el presupuesto. Pero eso no está ocurriendo.
Al respecto, el vicepresidente del CIN y rector de la Universidad de Hurlingham, Jaime Perczyk, explicó que en julio se recibieron la mitad de las partidas correspondientes a febrero, lo que se sumó al ajuste automático que provocó la devaluación.
El Presupuesto votado por el Congreso el año pasado era de 100 mil millones de pesos, que equivalían a 5 mil millones de dólares. Hoy esos 100 mil millones de pesos son 3,3 mil millones de dólares.
Ante este panorama, surge la idea de empujar una medida de protesta institucional inédita de parte de las universidades, que sería la paralización total de las actividades. Por ahora la propuesta es empujada por algunas instituciones del interior del país y del conurbano y se está analizando en las más importantes, como la UBA, Córdoba, La Plata y Rosario.
“Si la UBA acompaña, esto va a tener un vuelco favorable en poco tiempo. Por lo menos tiene que participar Buenos Aires, Córdoba, La Plata, Rosario, y creemos que van a participar”, se entusiasmó el fueguino Castelucci.