En la peor crisis que vive la Argentina desde el 2001, el presidente se la paso las últimas 48 horas con Marcos Peña para ser coacheado en la conferencia de prensa que realizará hoy en la residencia de Olivos.
El jefe de Gabinete y un grupo importante de asesores en comunicación le hacen preguntas y lo obligan a estudiar de memoria las respuestas. Es de conocimiento publico que en los últimos meses, en las pocos discursos que da utiliza el teleprompter que compró el año pasado por 270.000 pesos.
Más allá que las preguntas las harán periodistas amigos, en su casi mayoría, deberá explicar el acuerdo con el FMI, la brutal recesión económica que hay en la Argentina, un dólar a 28 pesos y una inflación que no se detiene y que este año superará los 30 puntos. Quizás algún periodista le pregunte sobre aquella frase que “la inflación la arreglo en 10 días” y sino la “culpa es mía”.
Esta vez por sorteo le tocará preguntar a un colega de El Destape, Jon Heguier, quien seguramente le preguntará sobre los aportantes truchos y el lavado de dinero en la campaña de María Eugenia Vidal, quien todavía mantiene silencio y no entregó ninguna respuesta a los juzgados que investigan.
El presidente debería responder por la perdida de 15 mil millones de dólares por parte del Banco Central. También como hará el gobierno para cumplir con las brutales metas del FMI y la reducción de casi 300.000 millones de pesos, sin empobrecer más al país.
Quizás algún periodista se atreva a preguntar sobre el informe del FMI que abre el paraguas sobre una posible corrida bancaria y quiebras de entidades. El informe interno del organismo multilateral revela que su staff elaborará “una estrategia contingente en el caso de que existan tensiones significativas de liquidez (por ejemplo, por la salida de depósitos) o el deterioro de los balances por un incremento sustantivo de préstamos malos”.
Mientras el país sufre un dólar por las nubes, aumentos continuos en las tarifas de luz, gas y transporte, salarios a la baja y una altísima inflación, el presidente se la pasa varios días siendo coacheado por Marcos Peña y sus amigos.