La responsabilidad primaria por acción u omisión por la muerte de la docente Sandra Calamano y el auxiliar Rubén Rodríguez a raíz de la explosión en una escuela de Moreno, corresponde a la gobernadora María Eugenia Vidal, y al titular del área educativa bonaerense, Gabriel Sánchez Zinny.
Así se desprende de una investigación publicada hoy por el diario Página/12, en la que se destaca que hay un agravante: consta por escrito que un funcionario designado por el Director general de Cultura y Educación debía encargarse de los problemas de gas en las escuelas, por lo que, como delegado suyo, estaba obligado a ser el ejecutor de medidas que no fueron tomadas a tiempo y causaron la muerte de la vicedirectora y del portero del establecimiento el jueves último.
En la nota, se destaca que ni Vidal ni su equipo dieron cuenta de una carta manuscrita de abril pasado, y que tiene un valor doble. Por un lado, debido a lo que reclama: “Esperamos contar con la pronta solución a los problemas detectados por los especialistas, e informamos a usted que desde el 04-04 y hasta que se solucione el problema del sector de cocina, sólo se recibirá en la institución lo que su oficina nos envía para el desayuno, y no lo que corresponde a comedor”. Por otro lado, el valor viene de la la firma. Pertenece a Sandra Calamano, la vicedirectora que murió cuando fue a prepararles el desayuno a los chicos y el gas condensado explotó como una bomba.
Un dato no menor es que Sánchez Zinny reforzó la responsabilidad conferida por Vidal cuando, además, en octubre intervino el Consejo Escolar de Moreno y designó avocador a Sebastián Matías Nasif.
En el artículo 177 de la Ley Provincial de Educación, se precisa que “el Director General de Cultura y Educación podrá de oficio avocarse al conocimiento, resolución o investigación de cualquier tema o asunto en particular y/o asumir en forma directa la competencia del Consejo Escolar mediante el funcionario que designe al efecto si se dieren razones de servicios que evalúe justificadas”.
O sea que Sánchez Zinny redobló su responsabilidad primaria. Ya la tenía, como director general. El artículo 66 da mayores precisiones: “El Director General de Cultura y Educación es personalmente responsable del manejo de los bienes que administra”.
En tanto, otro documento que puede aportar a la Justicia el Director general es la prórroga de la intervención. Una resolución de Sánchez Zinny del 4 de mayo último indica que por los elementos aportados por Nasif “surge la necesidad de ampliar por un período más extenso dicha avocación”. Traducción: las muertes de Calamano y Rodríguez ocurrieron bajo la gestión de Vidal, su director Sánchez Zinny y el delegado Nasif.
Mientras, un acta-acuerdo que el 28 de marzo firmaron en La Plata Sánchez Zinny, Nasif y el intendente de Moreno, Walter Festa, destaca que “la educación es la herramienta primordial para el desarrollo de la sociedad”, y “para que el proceso educativo se concrete es imprescindible que el mismo se ejecute en condiciones de infraestructura óptimas”.
Al Consejo (vale decir a Sánchez Zinny a través de su interventor Nasif) le corresponde “el mantenimiento edilicio de tipo correctivo necesarios para garantizar el normal funcionamiento del servicio educativo, asegurando el funcionamiento de las instalaciones de los servicios, las condiciones de seguridad, estabilidad y habitabilidad”.
Después, el texto firmado precisa de qué se trata exactamente. En la lista figuran obras parciales en instalaciones eléctricas, instalaciones sanitarias, cubiertas de techo, cerramientos parciales, limpieza de tanques y desagotes de pozos. Pero lo más importante está en el punto número uno: “Instalaciones de gas”.