El mensaje es tan claro como contundente: mientras se extienden los intentos de saqueos en el país, Mauricio Macri se mostró este mediodía junto a su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y los encargados de esa misma área en la provincia y en la Ciudad de Buenos Aires, Cristian Ritondo y Martín Ocampo. Está claro que el gesto transmite, ante la posibilidad cierta de que aumente el malestar social, que el Gobierno no dudará en responder con represión.
La excusa del presidente fue compartir con los funcionarios una recorrida por el Centro Integral de Monitoreo Balbín, ubicado en la localidad de Villa Martelli. También participaron la gobernadora María Eugenia Vidal, y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quienes presentaron un nuevo plan de seguridad para el Área Metropolitana (AMBA).
“El Centro forma parte de las medidas que viene adoptando en forma conjunta la Nación, la Provincia y la Cuidad para mejorar la seguridad de los ciudadanos”, remarcaron en un comunicado oficial. En realidad, lo que buscaron mostrar fue una imagen fuerte de unidad frente a cualquier atisbo de desborde o estallido social.
Es que, los movimientos sociales ya lo vienen advirtiendo: el brutal ajuste, más la escalada de la inflación, más la devaluación y en consecuencia recesión y baja del consumo, sumados a la supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI), puede llegar a ser un cóctel literalmente explosivo.
Teniendo en cuenta la sucesión de saqueos o intentos que se vienen registrando en los últimos días, la imagen que necesita transmitir el Gobierno es la de fortaleza para contener la conflictividad social, cada vez más caliente. Y ahí aparece, como siempre, la posibilidad de que se ingrese en una espiral en la que las protestas y la represión policial se conviertan en moneda corriente.
Por un lado, la ministra Bullrich fue categórica frente a los saqueos: “La sociedad entera tiene que saber que el Gobierno está trabajando sobre la situación social de los argentinos con un esfuerzo importante. No tiene que ir al saqueo, al WhatsApp atrás de un puntero ni de un intento de desestabilización”, dijo, y acusó a dirigentes del kirchnerismo de instigar los atracos en masa.
En tanto, la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, descartó “una cuestión masiva de gente que quiere salir a saquear” comercios o supermercados. “Lo que pasa en las redes sociales y la instigación a la violencia no tiene que ver con una situación angustiante ni estar peor socialmente de muchas familias, que no recurren a la violencia ni a los saqueos”.
Mientras, su par bonaerense, Santiago López Medrano, negó que los saqueos a comercios sean producto de la situación económica y social, provocada por el ajuste del Gobierno nacional. “Son claramente robos organizados. No es algo que uno pueda relacionar con una situación social”, dijo. “Hay algunos que creen que les sirve generar cierta incertidumbre o algún tipo de caos”, señaló, sin dar nombres propios, aunque afirmó que “son muy minoritarios”.