“Que se obligue a una persona a confesar, pasando electricidad por su cuerpo, sumergiendo su cabeza en un cubo con agua para que no pueda respirar, pegándole golpes de puño, o mandándolo a prisión hasta que se quiebre, es exactamente lo mismo”. Así, con estos duros términos, lo planteó el doctor Mariano Silvestroni, abogado del ex secretario legal de Planificación, Rafael Llorens, detenido por la ‘causa de los cuadernos’, al hacer referencia a la metodología empleada por el juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli.
En un escrito, el letrado señaló que “si eso es lo que permite la ley 27.304, ella es inconstitucional, y si ese es el motivo por el cual algunas personas permanecen presas y otras se van en libertad, la privación de libertad también lo es y debe ser dejada inmediatamente sin efecto”.
Esta mañana, entrevistado por Gustavo Sylvestre en Radio 10, el abogado subrayó que “en esta causa hay detenidos que son obligados a confesar”, por lo que “se trata de una vuelta a la Edad Media, porque lo que se busca, en definitiva, es obtener confesiones bajo presión”, por lo que denunció que “se está aplicando la Ley del arrepentido como un instrumento de coacción”.
Llorens no sólo no se arrepintió, como hicieron otros ex funcionarios y empresarios, sino que aseguró que lo presionaron para que se acogiera a la figura de “imputado-colaborador”. “No puedo arrepentirme de absolutamente nada de lo que no formé parte”, afirmó Llorens en su declaración indagatoria.
Para Silvestroni, la metodología de Bonadio y Stornelli “es un instrumento de tortura. Entre eso y obligar a una persona a declarar casi en su contra, es lo mismo. Es un trato degradante”, por lo que reclamó la excarcelación de su defendido, al tiempo que denunció que “se está usando la Ley del arrepentido como un instrumento de presión para arrancar confesiones”.
En tanto, dijo tener “la esperanza de que en algún momento, los “arrepentidos” se van a resquebrajar. O sea, van a aparecer los arrepentidos de haberse arrepentido”. Al respecto, agregó que “algo que no tienen en cuenta todavía los arrepentidos, es que terminarán embargados, van a perder sus bienes y sus empresas”, por lo que “en algún momento van a terminar contando la verdad”.
Por último, aclaró que “recién ese será el momento de presentar la denuncia sobre esta situación gravísima, porque si lo hago ahora, ya sabemos lo que pasaría: lo archivan en cinco minutos”.