Miguel Ángel Pichetto generó dos hechos que, con crudeza, desnudan su línea de pensamiento: por un lado, no quiere ejercer una presión impositiva para quienes tienen bienes en el exterior, y por otro, apoya a Elisa Carrió en el proyecto de ley de donación de alimentos, una idea cuestionada que contempla la entrega de comida vencida para familias vulnerables.
Durante la reunión que mantuvo la semana pasada con otros referentes del llamado “peronismo anti K”, el senador rionegrino convenció a Sergio Massa sobre la necesidad de dejar de presionar al Gobierno desde su bloque de diputados para que aumente el impuesto a los Bienes Personales sobre activos en el extranjero.
“Aprendí en mi juventud que no se hace oposición creando impuestos”, fue el argumento que utilizó Pichetto, ante lo cual el líder del Frente Renovador se comprometió finalmente a que esa idea no se incluya en el proyecto alternativo para el Presupuesto 2019.
Pichetto, en línea con lo que piensa el gobierno de Mauricio Macri, sostiene que los clientes de esa modificación de la alícuota del 0,25 % -tal como estableció la ley de blanqueo-, al 1 %, serían en su mayoría los mismos que entraron en el último blanqueo. En ese sentido, aseguran que el aumento defraudaría la confianza en ese mecanismo de recaudación que es el blanqueo.
Por otra parte, sobre el proyecto de donación de alimentos, que apunta a la entrega a los pobres de más de 16 millones de toneladas que se pierden todos los años, Carrió reclamó la sanción por el Senado, y Pichetto la apoyó.
“En esto estoy de acuerdo con la doctora”, dice el senador rionegrino. Coinciden en la necesidad de la ley, pero también los une el hecho de que el cristinismo y las izquierdas rechazan esa iniciativa.
Y a propósito del reciente encuentro entre Pichetto, Massa, Juan Manuel Urtubey y Juan Schiaretti, en las últimas horas se refirieron críticamente el titular del bloque del Frente para la Victoria en Diputados, Agustín Rossi y el diputado del Frente Renovador, Felipe Solá.
“No me parece mal que se junten cuatro dirigentes en tanto y en cuanto sea en el sentido de generar una gran unidad de la oposición pero si la premisa es dividir la oposición, sin dudas que favorece a Macri”, señaló Rossi. Por su parte, Solá aseguró que “no hay lugar para un macrismo blando”, apuntando contra la nueva propuesta.