Por Alfredo Silletta. Más allá que el presidente Mauricio Macri haya decidido anunciar en los Estados Unidos -y en ingles- que va a ir por la reelección el próximo año, quienes lo conocen y lo tratan asiduamente dicen que es un “hombre devastado” por el fracaso de su política económica. Una inflación brutal que terminará en más de 45 puntos este año, sin crédito externo, con corridas al dólar de sus amigos del mercado y con movilizaciones casi diarias de argentinos que ya no pueden comer. Un presidente que prometió que “no se pagaría ganancias” y ahora pagan cada día más trabajadores, que prometió “pobreza cero” y aumenta hasta límites similares a la crisis del 2001, con un presupuesto que tiene como función que haya menos plata para la educación, la salud publica, con sueldos y jubilaciones a la baja.
Esta realidad que viven los argentinos lo llevó a que los números en su imagen personal y de gestión caiga día tras día. Hay lugares, como el conurbano que mide escasos 12 puntos y su imagen negativa se acerca los 90 puntos. En esas circunstancias la principal socia de Cambiemos, Elisa Carrió, se da el gusto que “apretarlo” en público y pedirle que eche a su ministro de Justicia.
Dicen los que lo conocen que cada día está menos convencido de ir por la reelección. Que prefiere irse con su familia a una hermosa casa que posee en Milán, a disfrutar de la buena vida con Juliana y Antonia.
Anoche lo contó Jorge Asís en su café con Alejandro Fantino. Días atrás lo había dicho Hugo Moyano: “Me comentaron que tenía ganas de rajarse, pero habría que preguntarle a él”.
La gobernadora María Eugenia Vidal y su equipo más cercano encabezado por Federico Salvai lo saben. De allí que Vidal todavía no anunció que irá por la reelección en la provincia de Buenos Aires. La gobernadora está cayendo fuertemente en las encuestas -aunque no tanto como el presidente- y desde su equipo están convencidos que 8 años en la Provincia será “devastador” para aspirar a la presidencia.
De allí que Vidal esta muy preocupada por la situación social en el Gran Buenos Aires y ha negociado con la Iglesia Católica y las iglesias evangélicas para asegurarse que no haya estallidos por el hambre que se está viviendo en estos días. Claro, la gobernadora tiene además otros problemas: “no puede o no quiere cerrar” la paritaria docente al ofrecerle un 19% cuando el año terminará en un 45% de inflación. “La verdad nos mandamos un moco cuando no cerramos en marzo la paritaria creyendo que la gente le iba a echar la culpa a los sindicalistas, pero en aquel momento cerrábamos con 23 y nosotros no nos movimos del 15”, dice un altísimo funcionario bonaerense de Cambiemos. Luego agrega: “ahora con una inflación de 45 no tenemos la plata para acercarnos ni al 30”.
Vidal y su equipo están convencidos que Macri se bajará en enero y ella será la elegida. Algunos dicen que el elegido puede ser Horacio Rodríguez Larreta.
Por ahora Macri dice que jugará. Los próximos meses serán decisivos y Vidal esperará hasta febrero para llevarse el premio mayor de ser candidata presidencial, sino intentará ir por la reelección.
1 comentario
No son fracasos, terminemos con ese discurso. Están haciendo exactamente lo que vinieron a hacer: saquear el país.