No fue casual que hoy, durante la conferencia de prensa, Mauricio Macri, en tren de agradecimientos y felicitaciones por el éxito de la organización del G20, a la única que nombró para destacar su desempeño haya sido a su ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
En realidad, el presidente ya viene manejando desde hace un tiempo la posibilidad de encumbrar a la funcionaria como posible compañera de fórmula en la búsqueda de la reelección en 2019. Es más, un mes atrás, durante una reunión informal con algunos de sus más cercanos colaboradores, Macri se animó y les preguntó: “¿Cómo la ven a Patricia acompañándome?”.
Hoy, esa posibilidad empezó a adquirir visos de certeza, porque la solal mención de Bullrich fue la muestra de que la ministra se convirtió, de hecho, en la gran triunfadora puertas adentro del gabinete. Es que con la partida de la última comitiva extranjera, en el Gobierno respiraron aliviados porque gracias a la militarización de la ciudad de Buenos Aires que dispuso su funcionaria preferida, no se registraron incidentes y todo se desarrolló con normalidad.
Es que había no pocos temores sobre lo que podría ocurrir, sobre todo porque la cumbre llegaba una semana después del bochorno que significó la suspensión de la superfinal entre River y Boca, y que se cargó al titular de Seguridad de la ciudad, Martín Ocampo.
Quienes están cerca del presidente no dudan en que la ministra sumó puntos en su carrera por la vicepresidencia, en desmedro de la pálida imagen que dejó la actual vice, Gabriela Michetti, enredada en un papelón con el francés Emmanuel Macron, a lo que se sumaron sus poco felices lamentos por tener que concurrir a la asunción del nuevo presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador.
Por el lado de Bullrich, su gran sueño sería justamente acompañar a Macri en la fórmula de 2019. Ella sabe que su constante perfil alto al frente del ministerio, es valorado por el electorado de Cambiemos.
Y en el entorno presidencial se asegura que este crecimiento de la imagen de la ministra en los últimos tiempos, estuvo ayudado por lo que fue el ascenso del presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, quien debió un alto porcentaje de su triunfo a su discurso basado en la ‘mano dura’ a lo que justamente recurrirá el Gobierno, en base a encuestas que marcan un creciente apoyo a esa política por parte del electorado, y por lo tanto, nadie mejor que Patricia Bullrich para representar esa tendencia, y más en un rol de vicepresidenta.