Con cuatro votos sobre cinco, la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó hoy la aplicación del beneficio del “2×1” a los acusados por delitos de lesa humanidad durante la última dictadura. El fallo es el segundo de la secuencia de casos relevantes cuyo tratamiento fue anunciado por el máximo tribunal en un cronograma a cumplir antes de fin de año.
El único integrante que votó en disidencia, fue el presidente del tribunal, Carlos Rosenkrantz, quien de esa manera mantuvo su posición en favor de los genocidas y represores.
La figura del 2 x 1 contabiliza el doble el tiempo que un acusado estuvo detenido sin condena, pero que a partir de este fallo no se podrá aplicar a los imputados por haber perpetrado delitos de lesa humanidad.
Tras el antecedente del caso “Muiña”, un ex represor a quien el año pasado la Corte votó beneficiar con el 2×1 gracias al voto de los jueces Carlos Rosenkrantz, Elena Highton y Horacio Rosatti causando un fuerte rechazo social reflejado en una gigantescas y contundentes movilizaciones de protesta en las calles y el rápido dictado de una ley “correctiva” por parte del Congreso, para excluir de ese beneficio a los acusados por delitos de lesa humanidad, ahora el máximo tribunal se expidió nuevamente sobre la cuestión.
A los votos negativos que ya habían formulado en aquella ocasión los jueces Ricardo Lorenzetti y Juan Carlos Maqueda, se sumaron ahora los de Horacio Rosatti y Elena Highton, para quienes -según una argumentación de Rosatti a la que su colega adheriría- la “ley correctiva” votada por el Congreso en una semana tras el escándalo Muiña, es suficiente para cubrir el vacío legal que ellos habían señalado en aquella ocasión. Según esta información, solo el presidente del tribunal, Carlos Rosenkrantz, mantendría su posición en favor de aplicar el 2×1 en esta ocasión.
El caso sobre el que ahora se expidió la Corte, estaba referida a un ex agente de inteligencia, Rufino Batalla, condenado a 13 años de prisión por su responsabilidad en más de un centenar de casos de víctimas de la dictadura pero sin sentencia firme, y recientemente liberado. Entre sus víctimas figura Laura, la asesinada hija de la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.