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22 noviembre, 2024
PAÍS

El Gobierno busca que el congelamiento de la obra pública no se perciba hasta después de las elecciones

Casi con desesperación, el Gobierno apuntará a que tenga el menor impacto negativo posible el congelamiento de obras públicas proyectadas para 2019, sobre todo por cómo puede influir en este año electoral.

Por ejemplo, se terminó de confirmar la inexistencia de las obras de envergadura del promocionado Plan Belgrano, creado como una apuesta para desarrollar el Norte argentino, pero en la realidad no ejecuta obras sino que se limita a ser una estructura creada para repartir cargos.

Es que la administración macrista ponía todas sus fichas al relanzamiento de una seguidilla de emprendimientos a través de los proyectos de Participación Público-Privada (PPP) en medio del ajuste, basado en las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI), y que se traducen en la búsqueda del déficit cero y una economía en recesión.

Paralelamente, la suba del Riesgo País, superando los 800 puntos, se transformó en un golpe mortal para ese salvavidas que para el Gobierno iba a significar llevar adelante las obras públicas plafinicadas, y que sin embargo no se podrán concretar.

Por eso mismo, en Casa Rosada destacan que en medio de este oscuro panorama, el objetivo es reducir este impacto, intentando posponer las consecuencias negativas hasta después de las elecciones. De ahí que el plan gestado en la jefatura de Gabinete es poner todos los recursos en las obras ya empezadas, pero no iniciar nuevos proyectos.

Cualquier proyecto de infraestructura grande comenzado en 2019 no será inaugurado antes de las elecciones a menos que se destinen importantes recursos. Por eso, el plan oficialista es que el “corte de cintas” ocurra igual que en los años electorales previos y que recién a partir de 2020 se vean las consecuencias de la sequía en la economía.

Justamente, para este año electoral el Gobierno ponía todas sus fichas al relanzamiento de una seguidilla de obras públicas a través de los proyectos de Participación Público-Privada (PPP) en medio del ajuste.

Pero la gestión macrista se vio obligada a congelar los proyectos que se iban a financiar de esta manera ante el encarecimiento del crédito externo por el incesante aumento del Riesgo País. Es que el financiamiento externo por parte de los privados es la piedra angular del sistema PPP, y este incremento del riesgo marca la creciente desconfianza en que la Argentina no pague sus deudas.

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