“Ya tenemos una economía que empieza a ordenarse”, dijo hoy Mauricio Macri. Eso sí, sin aportar cifras o datos que mínimamente certifiquen su afirmación. Y destacó que su gobierno actúa “con honestidad, diciéndonos la verdad y no mintiéndole más a la gente, diciéndole que las cosas pueden ser gratis, que al final las pagamos todos y mal”.
El presidente lo dijo hoy, después de recorrer obras hídricas de la cuenca del Río Salado, en Roque Pérez, oportunidad en la que resaltó que “en la Argentina estamos madurando, creciendo, entendiendo lo que nos pasó no el año pasado, sino los anteriores 15 años, y los anteriores 30”.
Recurriendo a su manual de estilo, basado en promesas incumplibles y frases hechas sobre que vendrá un futuro venturoso, aunque sin explicar qué va a hacer al respecto el Gobierno que él preside, Macri insistió en la necesidad de bajar el déficit fiscal, y afirmó que la dirigencia política del país empieza a entender que “no se puede vivir de prestado o gastar lo que uno no tiene”
Por otra parte, el presidente marcó cuáles fueron las tres razones que originaron la brutal crisis económica por la que atraviesa el país: “el cambio climático, la falta de financiamiento para mercados emergentes, y la crisis de los cuadernos”.
Y, como una manera de abrir el paraguas, Macri reconoció que “todavía tenemos los coletazos de 2018, pero tenemos una economía que empieza a ordenarse”.
Por otra parte, destacó que “es increíble” el “nivel de atracción, de curiosidad, de afecto” por el país que recibió durante su viaje a India y Vietnam. Al respecto, dijo que durante su reciente gira por el continente asiático, acompañado por un centenar de empresarios, “la mayoría dueños de pequeñas empresas que nunca habían viajado, estaban enloquecidos, y ya empezaron a vender”, relató.
Y agregó: “Les podemos vender muchísimo, no solo productos como granos sino también, por ejemplo, dulce de leche. Son grandes oportunidades de llevar el trabajo argentino al mundo. Y las tenemos ahí, nosotros podemos. Tenemos que seguir trabajando en la línea en la que vamos. Seguir ordenando nuestras cosas, no esperar que los de afuera vengan a arreglarnos nuestros problemas”.