A horas del límite para la presentación de los frentes electorales no ha habido mayores novedades en la última semana. Lo que sí fue abundante es la cantidad de operaciones de prensa y rumores para incidir en las decisiones de los candidatos. De todas ellas, al menos esa es mi percepción, la más fuerte ha sido la de las colectoras de Vidal. Es decir, la posibilidad de que candidatos de Alternativa Federal pudieran llevar en la provincia de Buenos Aires a la Gobernadora en su boleta. Esta estrategia resultaría sorprendente, especialmente porque dejaría entrever información que tendría el gobierno y que no aparece con tanta claridad en las encuestas que se divulgan.
Es que el solo hecho de que se haga pública esa estrategia dejaría en claro que Vidal ve seriamente cuestionada su continuidad al frente de la provincia, lo cual, claramente, es un problema para el gobierno tomando en cuenta que es la candidata que más mide. Asimismo, en lo que refiere a la figura de Macri, la posibilidad de Vidal como colectora de otros candidatos a presidente permite dos lecturas completamente antagónicas: la primera es que el gobierno sabe que la elección nacional está perdida y solo aspira a retener la provincia; la segunda es que Cambiemos tiene encuestas que le dan tan bien a Macri que hasta se puede dar el lujo de resignar algunos votos en la primera vuelta con tal de que su espacio continúe gobernando Buenos Aires. Para los que no están en los detalles de la lógica electoral estas interpretaciones tienen que ver con el hecho de que si Vidal fuera candidata en una boleta que no incluyera a Macri, éste último perdería votos. ¿Cuántos? Depende del candidato en cuestión, naturalmente. No es lo mismo ser colectora de Urtubey que de Massa pero esos puntos que perdería en cualquier caso podrían ser determinantes en la primera vuelta electoral donde hay encuestas que le dan a la fórmula de los Fernández una ventaja de algunos puntos y una proyección cercana al 40%.
Con todo, insisto, sigo creyendo que se trata de una operación de prensa para complicar la negociación de Massa con el espacio de Unidad ciudadana y PJ. Al momento de escribir estas líneas sigue sin saberse qué va a hacer el Frente Renovador pero son cada vez más los periodistas que confirman lo que se mencionó aquí la semana pasada y que parece lo más razonable para Massa y para los Fernández, esto es, armar una gran PASO en la que Massa compita (para perder) con los Fernández al tiempo que negocia el armado de las listas de unidad incluyendo a los miembros de su espacio en lugares expectantes. Si alcanza para ganar no lo sé pero le conviene a los Fernández y a Massa este esquema.
En cuanto al candidato a Vice del oficialismo sigue habiendo negociaciones con el radicalismo y una danza de nombres, aunque si de ir perfilando se trata, ahora se dice que sería una mujer de la UCR, de lo cual se sigue que la debilidad del gobierno lo estaría obligando a entregar la vicepresidencia a su principal socio. En todo caso la pregunta estaría en qué mujer radical traería votos pero esa pregunta se podría extender más allá del género para interpelar acerca de qué radical (varón o mujer) traería votos. Si no es Lousteau no parece haber alguien que cumpla con ese requisito.
Donde sí parece estar jugando fuerte el gobierno, y lo bien que hace, es en tratar de desarticular las candidaturas que, como dijimos aquí varias semanas atrás, le quitan más votos al oficialismo que a la oposición mayoritaria. Dicho fácil: Cambiemos hará todo lo posible para que Lavagna y Urtubey no se presenten porque esos 10 puntos que podrían sumar entre ambos irían, en su mayoría, al gobierno.
La que parece estar bastante desdibujada es la elección a Jefe de Gobierno en la Ciudad. Allí está claro que el favorito es Rodríguez Larreta quien tiene como carta de presentación las obras de infraestructura de la ciudad pero el resto son incógnitas. ¿Habrá una tercera opción como alguna vez fue Lousteau? No parece el caso y hasta es probable que si el propio ex embajador en Estados Unidos decidiera volver a presentarse en una boleta del radicalismo quedará tercero bastante lejos. Resta entonces pensar en el espacio de Unidad Ciudadana y PJ. Allí se habla de Mariano Recalde pero aun no está claro quién lo acompañaría. Se habla de la posibilidad de que Victoria Donda, después de un raid que la llevó por Carrió, Stolbizer, Prat Gay, Tumini, Massa, etc., integre la fórmula bajo la presunción de que su condición de mujer y de activista en torno a los derechos de las mujeres capte algo del voto vinculado a las reivindicaciones feministas. Es difícil cuantificar cuántos votos pueden ser éstos y menos aun cuántos de esos votos recibirá Donda pero el kirchnerismo en capital padece las mismas dificultades que padeció a lo largo de la década post-Ibarra como si no fuera capaz de comprender la idiosincrasia del porteño en una mezcla de prejuicio y error de diagnóstico más allá de los elementos objetivos que, claro está, hacen que sea difícil para el peronismo ganar en esta ciudad. Asimismo, el kirchnerismo se ha caracterizado por ser, como se dicen en la jerga, un “mal pagador” que ha dejado fuera de las listas a hombres y mujeres valiosos en detrimento de figuras con trayectorias evanescentes, y se desconoce cuál será la lista definitiva para candidatos a diputados y senadores. Con todo, la sensación es que hay pocos espacios para demasiados postulantes y que a ellos, como si fuera poco, habría que sumarle a Pino Solanas quien quiere reelegir la banca de senador que obtuvo como aliado de Elisa Carrió.
Circula por allí también la posibilidad de un extrapartidario como Matías Lammens quien viene coqueteando con distintas versiones del peronismo y del que todavía no sabemos si tiene vocación política de construcción colectiva sostenida en el tiempo o formará parte de esa lista de individuos que primero quieren ser candidatos y luego tratan de resolver por qué partido hacerlo, como si éstos fuesen sellos de goma para un microemprendimiento personal.
En cuanto al mapa a nivel nacional, el domingo 9 votará el 14% del padrón y llegarían las primeras alegrías para el oficialismo porque se supone que ganaría Morales en Jujuy y que el radicalismo de Cornejo triunfaría en las PASO en Mendoza. Asimismo, Entre Ríos, Chubut y La Pampa quedarían en manos de los peronismos locales, lo cual permitirá a los analistas seguir planteando que lo único que muestran las elecciones previas a la nacional es el triunfo de los oficialismos, de lo cual debería seguirse el triunfo de Cambiemos en Ciudad, Provincia y Nación. Como análisis parece pobre, por cierto, porque esos mismos analistas luego reconocen que los resultados provinciales no se pueden extrapolar a la elección nacional.
Para concluir, habrá que esperar las novedades del cierre de los frentes y diez días después el de las listas. Como vengo repitiendo aquí, la decisión de CFK de invitar a Alberto Fernández a liderar la fórmula obligó a todos los espacios a rediseñar sus estrategias y alianzas, e incluso a ser menos renuentes a la práctica de la ingesta de sapos porque los dos polos se dieron cuenta que yendo solos pierden. Cuando eso sucede, el sapo aumenta su valor, algo explicable por las leyes del mercado y allí debe operar la sapiencia del líder seleccionador, sea AF-CFK o Macri and co, porque son ellos los que deben ponderar cuántas concesiones hacer y cuánto vale ese sapo que se pavonea con su presunto manojo de votos. En lo personal no me asustan los sapos y entiendo que en la vida y en la política, los puristas que señalan con el dedo no construyen mayorías y solo generan consensos con sí mismos. Con todo, imagino a todas las fuerzas y los referentes con voluntad de ser gobierno reconociendo que sapos seductores hay muchos pero muy pocos son los imprescindibles.