Se veía venir: las diferencias entre Mario Negri y Ramón Mestre se transformaron en insalvables. Tanto, que por cuestiones de ego y ambición de poder, finalmente hicieron detonar a la alianza Cambiemos en Córdoba, paradójicamente la provincia que resultó clave para el triunfo de Mauricio Macri en 2015.
Después de no pocas idas y vueltas, en las últimas horas se confirmó que Mario Negri-Héctor Baldassi sería el binomio que disputará la gobernación con el respaldo del PRO y de la Coalición Cívica, mientras que Ramón Mestre-Carlos Briner irán con el aval de la UCR.
Mestre es el actual intendente de la capital cordobesa y controla el radicalismo cordobés, que decidió desoir las presiones que llegaban desde la Casa Rosada, a través del jefe de gabinete, Marcos Peña, y del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en cuanto a bajarse de su candidatura, y transmitirle una y otra vez que el candidato del oficialismo debía ser Negri, jefe de la bancada de Cambiemos en la Cámara de Diputados.
Pero Mestre se puso firme -ya en 2015 abandonó su aspiración provincial para dejar como candidato al actual ministro de Defensa, Oscar Aguad-, y pidió definir las candidaturas en internas, lo que fue rechazado por Negri, quien acudió a la Justicia electoral para cerrar ese camino, con el argumento de que no había condiciones de transparencia.
Hoy era el Día D para intentar arribar a un acuerdo, a través de una reunión que se realizó en la Casa Rosada, con la idea de evitar el quiebre de la alianza gobernante en esa provincia.
Pero esta mañana, el gesto que anticipó la ruptura estuvo a cargo de Luis Juez, el aliado y candidato a intendente por el Frente Cívico, quien presentó formalmente su postulación por fuera de Cambiemos.
Eso terminó de cerrar definitivamente las puertas para acordar un acercamiento, por lo que de esta manera se definirá la pelea abierta en listas separadas entre los candidatos a la gobernación, Mario Negri y Ramón Mestre, el próximo 12 de mayo, con el gobernador Juan Schiaretti como favorito a la reelección.