El intendente de Mar del Plata, Carlos Arroyo, fue el único jefe comunal de Cambiemos que no fue invitado al asado en la Quinta de Olivos que encabezó ayer el presidente Mauricio Macri para bajar línea de cara a la campaña que se avecina.
El dato fue confirmado por voceros de Arroyo, quienes explicaron que el intendente no recibió ninguna invitación formal al evento y acotaron que la Casa Rosada debería explicar por qué eso no ocurrió.
No es novedad que la relación entre Arroyo y la gobernadora María Eugenia Vidal es pésima. Pese al esfuerzo que el gobierno provincial hace desde el 2015 para ayudar a Mar del Plata, el intendente no encuentra el rumbo de su gestión y muchas veces toma decisiones en el rumbo exactamente contrario al de Cambiemos. Uno de los momentos de máxima tensión se vivió en el verano cuando Vidal llegó para inaugurar las playas públicas de la provincia en la ciudad y Arroyo abandonó el acto antes de comenzar.
Otro momento de tensión entre ambos se vivió en plena temporada de verano cuando Arroyo resolvió cobrar una tasa a los teatros y Vidal le pidió por carta que se abstenga de sumarle un impuesto más a los empresarios. Arroyo se negó a dar marcha atrás.