Por Alfredo Silletta. La ex presidenta, más allá de esta semana que viajó a Cuba para acompañar a su hija, viene trabajando desde hace un año en el armado de equipos políticos y económicos y en un gran acuerdo con gobernadores, dirigentes políticos, sindicales y movimientos sociales pensando en el gobierno que sucederá a Cambiemos.
Cristina Kirchner está más cerca de ser candidata de lo que dicen los medios hegemónicos que intentan día tras día bajarle el precio a su candidatura. Pese al brutal ataque de la justicia cómplice de Cambiemos -el juez Bonadio todos los días la procesa y pide su desafuero- la imagen de la actual senadora no cae, más bien crece lentamente.
A partir de la gravísima situación económica, donde más del 60 por ciento de la población cuestiona al gobierno, la imagen del presidente Mauricio Macri cae abruptamente mes a mes. Los aumentos de tarifas, el transporte y los alimentos hacen añicos cualquier ilusión de votar a Cambiemos. Ni hablemos si se vuelve a disparar el dólar.
La crisis económica se ve claramente en el Gran Buenos Aires. En una reciente encuesta pedida por un intendente de la tercera sección electoral, la ex presidenta ya está en un 63% de imagen positiva mientras que el presidente no llega a los 20 puntos. Esta situación hace muy difícil la reelección de la gobernadora Vidal que, más allá que mide 10 puntos más que Macri, no llega a los 30 puntos. Esto implica que Vidal para ganar la elección debe tener un corte de boleta superior al 12% en la provincia, algo imposible. Recordemos que en el 2015, en el mejor momento de Cambiemos, el corte fue de 6 puntos a favor de la gobernadora.
En una encuesta publicada recientemente por Ricardo Rouvier & Asociados, la ex presidenta crece lentamente mes a mes. En la comparación que se ve en el cuadro, en junio del año pasado Macri tenía el 43% de intención de voto y Cristina un 35%. En marzo de este año, Cristina ya esta en 41% y Macri cayó al 37%. Números de todo el país, de allí que ya las encuestas la están dando ganadora en cualquier balotaje.
Si Cristina crece y por ahora ninguno de los candidatos favorecidos por los medios hegemónicos llega al 10%, por qué se bajaría de la candidatura presidencial. Ella lo ha dicho más de una vez: prefiere no ser candidata pero si es necesario para derrocar a Macri lo hará.
Por ahora los candidatos del peronismo -Daniel Scioli, Agustín Rossi y Felipe Solá- no superan los 8 puntos y hay dudas luego de lo que sucedió en Brasil que los votos puedan transferirse. De la vereda de enfrente, ni Urtubey ni Massa salen de 8% y la aparición de Roberto Lavagna, quien ya dijo que no ira a internas, tampoco sale de los 8 o 10 puntos. Y más allá que el poder económico juegue al ex ministro de economía, no tiene ningún armado territorial y una gran contra: los menores de 35 años no saben quien es.
Cristina es la figura excluyente en la provincia de Buenos Aires, y ha cerrado acuerdos en Río Negro, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Entre Ríos, Santa Fe, Chaco, Tucumán, Catamarca, San Luis, Formosa y Mendoza. En Córdoba y Salta habrá lista independiente de Schiaretti y Urtubey.
En un reciente trabajo del Ranking de la Felicidad que lo realizan expertos de las Naciones Unidas, Argentina cayó del puesto 29 al 47 en el último año. La Asamblea General de la ONU decretó en 2012 el 20 de marzo como el Día Internacional de la Felicidad “para reconocer la relevancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de los seres humanos y la importancia de su inclusión en las políticas de gobierno”. También reconoce “la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos”.
Cuando Perón regresó a la Argentina en 1973 un periodista le preguntó que significaba para él gobernar, a o que respondió con sencillas palabras:
“Si el pueblo está contento, eso es lo que me interesa. La mitad de la tarea de un gobierno, para mi, está en que el pueblo este contento. El pueblo contento comienza el camino de la felicidad y esa es una de las funciones fundamentales del gobierno. La otra es ejercer la grandeza del país. Eso se hace despacito y de a poco”.
La Argentina necesitará un presidente fuerte para poder renegociar la deuda con el FMI y los acreedores internacionales, terminar con una justicia que no ejerce justicia y lo más importante, dar una respuesta clara para un desarrollo sustentable y que millones de argentinos salgan de la pobreza y vuelva a vivir dignamente.
Cristina lo sabe y ha contado más de una vez en sus charlas del Instituto Patria su preocupación por la tristeza de los argentinos y su intención que el pueblo vuelva a sonreír.