Por Alfredo Silletta. Estallaron todas las alarmas en la Casa Rosada con los últimos focus group donde ya no llama la atención que el 70% de la población esta enojada con el gobierno del presidente Mauricio Macri, sino porque en los últimos meses aparece que de ese porcentaje un 90% ‘odia’ al presidente.
La preocupación central es que a quienes están desencantados por los tarifazos y el brutal aumento de alimentos más una inflación galopante podrían se captados nuevamente en un balotaje frente a Cristina Kirchner, pero cuando una persona ‘odia’ ya no hay vuelta atrás. Jamás votarían al presidente.
Estos focus group que circulan en los despachos de la Rosada tienen alterados al presidente y a su gabinete. La bronca se notó claramente en las últimas apariciones de Macri, tanto en la Asamblea Legislativa como en la entrevista con Luis Majul. Su momento de mayor alteración se produjo en la reunión de gabinete ampliado, donde a los gritos afirmó: “Estoy caliente, siempre me calentó la mentira, y otra vez vuelvo a escuchar a los que vienen a proponer ese atajo, esa solución mágica que nos releva de seguir este camino de trepar la montaña con orgullo, con esfuerzo” …“¡Es inaguantable, no lo puedo soportar!”.
En el gobierno ya piensan seriamente en abandonar los ‘timbreos’ y especialmente no seguir exponiendo al presidente en inauguraciones con trabajadores. Hace poco tiempo un obrero increpó al presidente: “Por favor hagan algo por la gente,soy un laburante, vivo día a día. Todos los días a las 5 de la mañana me levanto. Perdón que se lo tengo que decir, con respeto. No me importa el Gobierno pasado, ahora es el problema”.
Ayer, en una recorrida por la obra del Paseo del Bajo, el presidente pidió sacarse una foto con trabajadores y en un momento un trabajador decidió posar con los dedos en V para que no duden de su origen peronista. El presidente se dio cuenta y le bajo la mano con una forzada sonrisa.
El presidente tampoco se reúne con los empresarios que en su casi totalidad están decepcionados con las políticas del gobierno que prometió acabar con la inflación, con más consumo y terminó con una inflación galopante, una tasa que supera el 67%, con Pymes que cierran o grandes empresas que terminan suspendiendo a sus trabajadores. “El peor año de mi vida”, dice un empresario y otro agrega en la cara del ministro de la producción, Dante Sica, “todo es piripipi”.
Hoy todas las encuestas dan al presidente una intención de votos entre el 24 y 27 por ciento promedio en todo el país. En el Gran Buenos Aires los números son peor: el presidente no llega a los 20 puntos de intención de votos. Paralelamente, la ex presidenta supera los 35 puntos a nivel nacional y en el conurbano ronda los 60 puntos.